lunes, mayo 09, 2011

RECUERDO DEL DIFUNTO

Sin Temor… Ni Favor…

Recuerdo del difunto


Luis H. Arthur S.

Antes, enterrar a un muerto era cuestión de duelo, ahora, al igual que todo lo que gira a nuestro derredor, es una manifestación de poder, importancia, posibilidades económicas, pretensiones, cosa que saben muy bien explotar las funerarias en ese supremo momento de dolor, cuando ofertan sus diferentes paquetes funerarios, y hay que escoger féretro, y el mercadeo te hace sentir que la típica caja sencilla de madera de pino, es indigna, falta de consideración y de amor al muerto.
Total que al difunto no le importa ya nada mundano; lo exhibirán demacrado, tieso como, con maquillaje que a veces lo hace irreconocible, todo para unas pocas horas, al cabo de las cuales será inhumado, no sin antes, al momento de despedirlo y meterlo al nicho o al hoyo, tener que presenciar como algún familiar o mandado le cae a martillazos destructores al ataúd, con el muerto adentro, en un irrespeto que debería de avergonzar y apenar, para que en la noche no saquen al muerto, se roben la caja nueva e intacta, lo despojen de cualquier otra cosa de valor que lleve, incluido los dientes de oro, crucifijos, cadenas y hasta el buen traje. Se han dado casos que ya despojados de sus pertenencias valiosas, lo han dejado tirado en el exterior en cueros o casi, para no tener el trabajo de volverlo a su sitio de origen.
La pregunta que surge es ¿quién compra esas costosas cajas, que son las más apetecidas por los ladrones? El pueblo simple no las demanda, pues ni social ni económicamente pueden costearla, y como chatarra o madera entiendo que no valen mucho, además de poder ser muy delatoras.
Los campos santos se han vuelto nido de delincuentes, que asaltan vivos y muertos, ante la tolerancia de las autoridades incapaces y corruptas.
Desde hace algunos años se cuenta en el país con un horno crematorio, donde los que así lo eligen, pueden ser reducidos a quizás media libra de ceniza gris parduzca, que puede llevarse a la casa, tirarla al monte, al mar, o ponerla en un pequeño nicho en el osario de algún cementerio o iglesia. Así no es necesario comprar con antelación un terreno carísimo en algún cementerio público, que muchas veces se lo roban y entierran a otro, o en uno privado donde hasta la fecha hay más garantía. En ambos hay que pagar una anualidad de mantenimiento. Tampoco en caso de cremación, debería tener que comprarse una caja para las pocas horas que el fenecido está en capilla ardiente, pero no, negocio es negocios, y si va a ser exhibido tiene que comprar una caja. Uno pensaría que pudiera alquilarla, pero los de la funeraria alegan que luego de “usada” nadie la va a querer comprar ni enterrar en ella a su difunto.
Cuando vivos vamos a un a un hotel, a un crucero, tren, sus camarotes, de visita donde parientes y amigos, nos arrellenamos en los asientos de carros, aviones o autobuses, cuando estamos enfermos vamos a clínicas y hospitales, y paro de contar, donde nada es nuevo, todo es usado y mucho. Dormimos, nos transportamos, nos curamos de nuestras enfermedades en la misma cama, quirófanos, equipos hospitalarios e instrumentos, donde otros, sanos o enfermos, lo han hecho y hasta donde muchos han muerto. En los restaurantes comemos y bebemos con los mismos cubiertos, platos, vasos y copas donde tantos lo han hecho antes que nosotros. Sobre los mismos manteles y nos limpiamos con la misma servilleta, todos requeté usados.
Entonces, ¡si cuando estamos vivos no tenemos ningún prurito!, ¿por qué sí con los muertos? ¿Acaso no vaciamos nichos en osarios para dejar espacio para los que recién llegan?
Es ilógico y estúpido a mi juicio, que al irnos de la funeraria con la ceniza de nuestro deudo, debamos también cargar con el ataúd ya pagado por supuesto, o “donarlo”, para un muerto de deudos arrancados y sin pretensiones pueda presumir.
¡Quizás en el futuro tendremos que comprar también la capilla, la carroza fúnebre y los candelabros, soportes, cortinas, etc. para cada muerto!
Al cabo podremos vivir y transportarnos como German Monster
Sto. Domingo, R.D.* luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *8 /V/2010