domingo, febrero 05, 2012

¡POR QUÉ?


Sin Temor…   Ni Favor…

¿Por qué?

 Luis H. Arthur S.

Yo soy destinista.  Nací en un pedacito de tierra rodeado de mar, dentro de otro pedacito que gira alrededor de una estrella que se quema y consume llamada sol, que nos da vida.  En un sistema solar ínfimo y periférico de una galaxia sin importancia entre millones y millones de otras de diferente magnitud pero casi siempre monstruosamente mayores.

Esta raza humana que se ha desarrollado en nuestro planeta es considerada como racional, pero en realidad da muestras de todo lo contrario; pero como lucimos más inteligentes que los demás seres vivos, animales y vegetales, con quienes compartimos este terruño, irracionalmente nos hemos multiplicado sin mayores enemigos que nosotros mismos, y ya estamos acabando con todo lo vivo que nos rodea y nos permite vivir en una cadena de alimentos que parece que encabezamos.

Lo que aun no entendemos, ni las mentes más preclaras han podido aclarar, es cuál es el propósito de que todo esto exista.  ¿Por qué existimos y somos como somos?  ¿Por qué existen planetas, estrellas, galaxias, quásares, enanas, etc.?  ¿Hacia dónde vamos y para qué?  Nuestra principal misión luce ser el reproducirnos, así nacemos, nos multiplicamos y morimos, y entre estos actos, batallamos un montón, no sólo con la naturaleza, sino y principalmente con nosotros mismos, contra nuestra raza discriminando, nuestro egoísmo, individualismo, hedonismo y afán de ser superiores. Tratando de ser los primeros.

Vagamos por los espacios siderales a velocidades vertiginosas sujetos a leyes de atracción y repulsión, a colisiones, de hoyos negros devoradores de todo, a nacimiento y muerte de estrellas, y aunque vamos atisbando grandes peligros a cada paso que somos incapaces de evitar, vamos guiados por leyes y estadísticas que nos hacen suponer, que en la selva sideral, es peor que las selvas terráqueas, pues si bien en estas podemos correr, escondernos y esquivar peligros, en lo astronómico nada podemos hacer.

Aun así, persiste la pregunta de quiénes somos y hacia dónde vamos y por que vinimos.  Si nuestro destino es simplemente perpetuarnos, tenemos que preguntarnos ¿para qué? ¿Quién nos dio esta tarea?  ¿A quién le sirve y para qué?  Sigo sin comprender cómo se hizo el universo, de donde salió la primera semilla, si es producto del Big Bang, ¿A esa primera semilla podemos llamarle Dios?  Y si es tan grande, tan importante, tan todopoderoso, para qué crearnos, partículas infinitamente pequeñas e inútiles, que nos comemos literalmente unos a otros en afán de poseer bienes y riquezas tan efímeros e intrascendentes.  Más pequeños que nosotros existen miríadas de seres vivos, no solo los que vemos, sino los que sabemos que existen, como microbios y virus.  Elementos estos que viven dentro de nosotros y sin ellos no somos nada, sin su actuar coordinado y de alguna manera dirigido.  Armónico y eficiente.  Unos nos ayudan, otros nos acaban y eventualmente nos desaparecen.

Ante este panorama, ¿por qué entre nosotros tenemos que vivir tan irracionalmente? ¿Por qué queremos acabar con el medio ambiente que nos da sustento y abrigo?  Por qué queremos ser tan injustos y discriminantes?  ¿Por qué la mayoría tiene que ser pisoteada por la minoría, que se enriquece, se llena de poder y abusa y somete al hambre mental y material?

Para mi es incomprensible, pero mientras, no nos queda más que seguir hacia adelante en nuestro destino inentendible y tratar de pedir más justicia y bien común.