Sin Temor… Ni
Favor…
Con júbilo
Hoy, con misa
y desayuno, excursiones por la ciudad y pasatarde, dimos por concluidas las
modestas actividades de 3 días, ricas en emociones, de nuestro 45 aniversario
de graduados en el Instituto Tecnológico y de Estudios superiores de Monterrey,
en Monterrey, Nuevo Leon, México
El 22 de Junio del 1967 presentamos el examen de grado los que
llegamos hasta el final de la carrera de Ingeniero Electricista poniendo fin a
la primera etapa de estudios universitarios, quizás la más fértil y feliz, y
donde se crearon y afianzaron amistades para toda la vida.
Fuimos apenas 16 los finalistas. Algunos continuaron estudiando
postgrados y uno hasta el doctorado. No
fue mi caso, pues me había casado y ya tenía 2 hijos y tenía que ser productivo. Nos reunimos 11 compañeros, tres se han
perdido en el tiempo y el espacio y dos murieron. Estuvimos acompañado de nuestras respectivas
parejas. Todos Mexicanos, menos un
Haitiano: Michael Roy y un servidor Dominicano.
Cada 5 años repetimos esta celebración, como excusa para vernos,
compartir y recordar. Durante algunos
años celebrábamos una cena mensual rotativa en el hogar de los que aquí
vivíamos, pues la mayoría se han quedado a vivir en Monterrey. Luego se cambió por una reunión mensual para
tomar unas cervezas y comernos unos tacos en algún bar o restaurante
local. Los de fuera del país o de la
ciudad, no siempre podíamos asistir, pero casi nunca nos perdemos esta
celebración quincuagesimal
Llenos de nietos, alguno con ligera panza, otros pelones o con
cabellos grises o blancos, unos llenos de arrugas, “como buche de iguana”, al decir
del folclórico veracruzano Baltasar Pazos, pero activos y llenos de optimismo, nos
complacemos en reír, disfrutar, cantar, comer y parecer jovencitos universitarios
otra vez, llenos de vida y de expectativas, en un hermoso renacer, cuando ya lo
que tenemos son muchas experiencias y vivencias, y estamos concentrando cada
vez más el elixir destilado de nuestras vasta maestría.
Fui becado junto con un ciento de compañeros al TEC de Monterrey en
1963, universidad que aparece en la última evaluación del “QS Latin University Ranking” en el Séptimo lugar con un índice de
83 puntos (.http://www.topuniversities.com/university-rankings/latin-american-university-rankings/2011).
Como dije en mi artículo pasado, entre las 250 listadas no aparece
ninguna de las 37 dominicanas, pero sí de Panamá, Costa Rica, Cuba, Puerto
Rico, Ecuador, sin contar los países grandes como Brasil, Argentina, Chile,
Colombia, México, Venezuela, Perú, etc.
Algunos de los Dominicanos que aquí estudiaron y se recibieron,
regresaron y eventualmente se marcharon del país, otros, la mayoría, allí luchamos
e hicimos vida profesional tratando con relativo éxito de cambiar el panorama
educativo y profesional en nuestras respectivas áreas. Lo conseguimos en parte. Todos nos hicimos millonarios en vida útil y
plena, pocos en dinero. Ninguno incursionó
como político exitoso, aunque si como empresarios de fuste. Nada escapa a la campana de Gauss, donde unos
son pico y muchos somos base.
Es difícil cambiar paradigmas.
Einstein dijo que era más fácil destruir el átomo. Fue cuesta arriba resistirse y no regresar al
“círculo perpetuo de la pobreza y la
ignorancia” de donde salimos y halar siempre la carreta contra corriente. Es difícil ser honesto donde a veces la
propia subsistencia se aleja cuando ve seriedad y honestidad, pero se hizo la
lucha con éxito, unos más, otros menos, y hoy nos vanagloriamos de haber sido elementos
de cambio social en la educación y la oferta de nuevas profesiones en RD, que
quisiéramos creer que fue importante, aunque las elecciones pasadas nos
demuestran lo contrario: Que hay más que van de bajada que los que van de
subida. Sin embargo, nunca deberíamos
pensar que aramos en el mar.
Hoy, ya anciano, con la impuesta cruz de tratar de trasmitir mi
experiencia que creo ha sido de honestidad y lealtad, le agradezco como siempre
al gobierno del Profesor Bosch que nos becó, a mis compatriotas, empresarios y
amigos, que me permitieron subsistir y progresar honestamente devolviéndoles con
capacidad su confianza, a mis compañeros de allá y de aquí, esos 16 jinetes de
la vida, a mis profesores y al TEC y sus autoridades, y muy especialmente a mi
familia, el poder hoy celebrar con salud estos 45 años, ya jubilado por mí
mismo. Las largas vidas siempre imponen
algunas pruebas que juntos hemos superado.
Gracias a todos mis amigos de ayer, hoy y de siempre. Se aproxima el tiempo en que en cada
celebración serán o seremos menos. Para
los 50 años, 2017, esperamos aun estar todos vivos y aceptablemente saludables. Qué así sea.
Quiera Dios que Republica Dominicana pueda contar con buena
educación, mejores instrucciones, honestidad y progreso, donde tantas escuelas
no sean remedo de excelencia, y que las universidades, aun la cacareada más
vieja del nuevo mundo, ya no sea un campo de concentración para controlar
juventud y ejemplo de mediocridad en todos los órdenes, para poder bien servir
a un pueblo inteligente, que es manejado con el sólo afán del populismo, en
afán de riqueza y el arribismo.