MASA INERME
Por: Luis H Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 12 Marzo 2007
La verdad que los gobiernos de estos paisitos son arbitrarios, desfalcadores y abusivos y como he dicho antes, esto se convierte en el juego del gato y el ratón, con una serie de pecados y perdones.
Los entes más organizados en nuestra sociedad son el gobierno, los empresarios y los obreros, sin contar la iglesia.
El gobierno tiene una cabeza en quien debería recaer toda la responsabilidad y tiene leyes a las que debía sumirse estrictamente. Cosa que no hace más que cuando le conviene.
Los empresarios, que son los entes dinámicos y productivos de la nación, están organizados, generalmente para defender los derechos y privilegios de los más poderosos, y en las asociaciones cúspides, como en las Naciones Unidas, los que más aportan y más pueden, tienen hasta derecho de veto. Los demás son rellenos.
Los obreros han caído en liderazgos, tan corruptos como los anteriores y en resumidas cuentas esos líderes sólo buscan guardar las apariencias, hacerse ricos y vivir bien.
Cada uno aparenta cumplir con su deber y la inmensa mayoría de los ciudadanos vivimos sometidos a estos grupos de poder y de dinero que hacen y deshacen a su antojo y conveniencia.
Nadie quiere salirse de estos carteles pues inmediatamente son segregados al ostracismo, y de ser “fuerzas vivas”, pasan a ser entes muertos que hieden.
Tienen generalmente colas muy larga, y con ellas tejen la red donde quedamos presos.
Otros gobiernos poderosos, meten su mano para su provecho político y comercial, y se aprovechan de todas nuestras debilidades e inconsistencias y arremeten con todo furor, y nos manejan como marionetas, con la irresponsabilidad del amante que sólo disfruta sin tener que mantener, y el pueblo, en su ignorancia planificada, en su desesperación de vida, en su incapacidad social organizativa, busca soluciones en palabras bonitas de demagogos para tratar de salir del agobio, del peso que lo oprime y vende su voto por un plato de comida, una botella de ron o una fundita miserable.
Los que piensan, los que queremos pensar y analizar, somos tan pocos y estamos tan desorientados, que como en el juego de la gallinita ciega, vamos a tientas sin atinar la meta. Y nos convertimos en una masa inerme llevada y traída, por aquellos que nos manejan.
luis@arthur.net