Sin Temor… Ni Favor…
Educar con el ejemplo
Luis H. Arthur S.
Hace un par de semanas escribí unos artículos titulados Reminiscencias. En ellos recordaba mis tiempos de antes en mi pequeño Puerto Plata, el respeto a mayores y a los maestros, la forma de los padres educarnos y el agradecimiento que luego que maduramos le tuvimos a aquellos seres buenos y abnegados, que eran como nuestros segundos padres.
La verdad que la buena voluntad, la moral de aquellos seres, independientemente de lo poco que ganaban, $45 pesos mensuales, nos hizo ser mejores. En la IV entrega me quejaba que luego: “Los hijos se criaban sin control, educación hogareña ni disciplina, sin que les dieran lata a sus padres, algunos por sirvientes, otros por su cuenta. No había coordinación entre educadores y padres. No podían castigarlos porque recibían desde una pela de lengua, pérdida del trabajo, hasta una demanda…”
¡Qué lejos estaba de imaginar lo terrible de la situación actual!
Me cuenta el Padre Rector del Instituto Politécnico Loyola en su correo lo siguiente:
“Le confieso que paso horas y horas pensando en nuestra labor educativa hoy: qué joven entra a nuestras aulas con todos estos mensajes que recibe de nuestra sociedad, (…), corrupción, mentiras, basura de todo tipo, prepotencia, compra y venta de todo”, y añade: “Hace poco, dos estudiantes nuestros de 8º grado pelearon a la entrada de clases. Sencillamente, el código de conducta nuestro dice que en caso de pleitos, los estudiantes se van a sus casas 72 horas, para que reflexionen sobre el hecho. Despachamos los alumnos. Resulta que uno de los niños es hijo de un reconocido político de San Cristóbal. Luis, ese hombre apareció en la escuela pistola en mano, penetró hasta la dirección vociferando cosas que no se pueden escribir, las pobres monjitas que dirigen ahora la escuela básica, quedaron pasmada con tal acto de violencia. Pero no obstante eso, se apareció otro hijo del susodicho político, también con pistola en la cintura, diciendo de todo”.
¡Qué forma de educar hijos! Estos trogloditas son parte de este gobierno, donde no hay sanciones, sino tristes ejemplos como este. ¡Pobre nuestro país!
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 14\X\2008