Sin Temor… Ni Favor…
Votar a conciencia
Luis H. Arthur S.
Me escribe un amable lector refiriéndose a mi artículo anterior, donde estima que debía crearse un movimiento nacional con el lema “No botes tu voto”
Dice el Señor M. Rodríguez, que cada quien debería votar de acuerdo a sus convicciones, sean estas buenas o malas, lo que implica el uso de la conciencia personal y ciudadana.
Sí debería crearse al menos una promoción efectiva que haga ver los daños que nos está causando este menú que nos presentan las empresas llamadas partidos políticos tradicionales, en que tendremos que elegir, como en Perú, entre maco y cacata.
Nosotros, como pueblo del tercer mundo, somos dables a soportar todo tipo de abusos y vejámenes, y un día, cuando el cachimbo se llena, actuamos arrebatadamente, sin medir consecuencias, como avalancha de agua, similar y aun peor que cuando personeros de este gobierno irresponsablemente abrieron las compuertas de la Presa de Taveras, sin que hasta la fecha nadie haya sido sancionado por los muertes y destrozos.
En momentos de efervescencia, cuando la paciencia se pierde, destrozamos parejo, y al final, todo devastado, tenemos que volver a empezar. A trillar el camino ya andado, y sufrir precariedades ya vividas.
Hay gobiernos, como el que nos gastamos, irreflexivos, irresponsables, mentirosos, despilfarradores y corruptos, que en aras de su bienestar, van acorralando al pueblo en su miseria, haciéndole la vida cada vez más difícil, como para que se haga realidad aquella canción mexicana de “que la vida no vale nada” y se embarquen en aventuras violentas.
Vivimos una de esas etapas. La hemos vivido muchas veces con anterioridad, y hemos mostrado una capacidad increíble de asimilar golpes y vejámenes. De contemplar cómo nos esquilman y nos arrean a situaciones cada vez peores, como nos niegan la educación salvadora, mientras existe un derroche gubernamental, una incapacidad de bien gobernar.
Estamos inmersos en una vorágine de aumentos de impuestos y de precios, mientras la austeridad de los gobernantes brilla por su ausencia.
Las reacciones violentas siempre son traumáticas, y como sufridos ancestrales, quisiéramos que nuestra reacción a tantos abusos sea pacífica, civilizada, pero contundente, pero eso viene con la educación, el civismo y la institucionalidad, la confianza mutua, cosas todas de las que carecemos por habérnoslas negado hasta con burlas.
Aun tenemos la oportunidad de actuar democrática y civilizadamente. De vivir en una vigilancia diaria, en manifestar nuestras exigencias claramente, y en las elecciones usar nuestro voto como arma y como castigo, siempre buscando el progreso y la felicidad.
Quiera Dios iluminarnos y esta vez no botar nuestro voto, por hacerlo emotivamente, siguiendo encuestas interesadas y pagadas, por venta del voto, por amiguismo, y lo hagamos por alguno de aquellos que aparecen en las segundas paginas del menú que definitivamente lucen mejores que los destacados en la primera plana, como recomendación de Chef, pero que nos darán indigestión.
Sto. Domingo, R.D.* luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *6 /VI/2011