Sin Temor… Ni
Favor…
Hasta cuándo Señor II
Luis H. Arthur S.
La
alfabetización de los iletrados es buena, muy buena, quizás su mejor obra. Pero no basta con seres que aprenden a leer
pero no a comprender, con fabricar analfabetos funcionales. Que no pueden razonar, pues no se le ha
enseñado, no están “impuestos”. Como
dirían en mi región: “les faitó baisa ‘e comida”, el hambre fue mucha, de
alimentos con proteínas que les hubiese generado más que quizás 5 neuronas, y quizás
pienso en muchas: Una para respirar, otra para caminar, otra para hablar
sandeces gritadas, otra para buscársela y pedir “lo mío”, y otra para creer que
su futuro y progreso están en seguir a ladrones políticos, en elegir siempre lo
mismo que ha resultado insatisfactorio, en conseguir un puestecito remunerado, no
en dedicarse al trabajo serio, y mientras eso sucede, lo peor es que los que
vienen subiendo para reemplazar a esta generación perdida, los niños de hoy, están
haciéndolo con la misma carencia alimentaria y educativa, sin disciplina ni ética,
y para colmo con drogas y peores ejemplos a seguir y discursos distorsionantes
de mentes, que hace que cada día perdamos más la dignidad, el honor, el apego
al terruño, el orgullo de ser dominicanos, las buenas costumbres, la
honestidad, el comportamiento solidario, el destino compartido, la creencia en
un ser supremo que no sea el dinero.
Mientras las PIMES, los empresarios pequeños, están acorralados
con tributos cada día en aumento, con un Código de Trabajo obsoleto, que aun
obliga a liquidación cuando hay que tributar para el fondo de la seguridad y
pensión de vejez de cada trabajador, que era el fin de la liquidación existente,
formado con lo que se les retiene de su sueldo y con el aporte del patrón. Ahora, ante el gran acumulo de dinero que se
ha venido formando, el Gobierno, que es quien lo maneja, siente unas ganas
irresistibles de echarle mano para meterlo en el barril sin fondo de sus obligaciones
y responsabilidades (mejor dicho, irresponsabilidades), como plan social de
viviendas, electricidad, etc. lo que necesariamente redundará en un desfalco de
esos fondos ajenos, igual que pasa con los ingresos por impuestos, y a la
postre nadie será responsable, pues el gobierno de turno le echará la culpa a
los anteriores, hasta Adán y Eva, si no es que sigue y llega hasta quien los
creó. Y el pueblo aun con el logro de la
alfabetización pero con esas pocas neuronas, y sin saber razonar, ni cuenta se
dará de este nuevo engaño, como no se da cuenta que este estado de mentiras en
que perennemente vivimos y los discursos engañosos, a quienes más perjudican es
a ellos y a los pequeños empresarios, quienes son los que crean la mayoría de
los empleos, y apenas pueden subsistir en este estado de voracidad impositivas
para engrosar fortunas mal habidas, y si no quiebran, que tantas desaparecen
cada día, tampoco pueden crecer, mientras la población y la necesidad de
empleos crece indeteniblemente.
Al sector trabajador lo sacrifican con nuestros impuestos mientras
el gobierno crea nuevos Ministerios y más gastos e invita a más compañeritos al
banquete del gasto público con nuestros impuestos.
La visión que se tiene, y el trabajador es actor de primera, es
que a esas empresitas hay que acabarlas, quebrarlas, sin pensar que se perderán
puestos y ya no se generarán nuevos. Así
mal pensamos.
En todo producto de importación, pagamos la hora de trabajo de
obreros extranjeros a muchos dólares y euros, desde un televisor, celular,
lavadora hasta un vehículo o motocicleta.
Quesos, salchichones, avena, harina, maíz, etc. Y para colmo muchos tienen mejores precios de
venta local que nuestros productos similares (algunos quesos p.e.). ¿Entonces, por qué no podemos pagarla aquí
igual, modernizando legislación y exigiendo el mismo rendimiento, erradicando
el dañino paternalismo que nos consume?, ¿por qué no podemos ser el centro
aéreo, y marítimo entre Europa, las Américas, como ya lo fuimos en tiempo del
descubrimiento? ¿Por qué esperar a que
Cuba se libere, cuando pasaremos a segundo lugar detrás de Juana, también como
antes. Cubanos que aun siendo caribeños
bullosos y fiesteros igual o más que nosotros, la historia nos dice que
tuvieron avances, desarrollos, descubrimientos, progreso, muy superiores aun a países
desarrollados, quizás ajenos a nuestra cotidianidad de zancadillas, robos y
ambición ilimitada, donde entendemos que el éxito de otro es una afrenta y no
un motivo de argullo y bienestar colectivo.
Y es que con aquellos políticos que tienen prioritariamente otros
compromisos que no son los de la Patria, no se hacen grandes avances para
cambiar y enrutar este país hacia el progreso y el orden perdido a la velocidad
necesaria. Aplican el refrán de “cambiar
para seguir igual”.
La esperanza es que de este pantano sucio e infectado, como
hermosa y radiante flor de loto, surgirá eventualmente alguien, un hombre de carácter,
decidido, honesto y trabajador, que limpie y queme la mala hierba de raíz, como
nunca se ha hecho antes, como se hacía antes bajo el almendro frente a la
puerta del viejo cementerio de la Av. Independencia, y será bienvenido ante el
hartazgo y desesperación por nuestra inacción y tolerancia. Tal como augura Miguel Guerrero y otros, y yo
solo repito y tantos anhelamos.
Sto. Dgo, R.D. * luis@arthur.net
* www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 11/VIII/2013