Sin Temor… Ni
Favor…
Fortuna Moral
Fui 18 años
residente de los EE.UU. y nunca quise hacerme ciudadano de aquel país. Tenía grabada la prédica Trujillista que
adoptar otra nacionalidad era traicionar a la patria, y por tanto te convertías
en un traidor.
Luego vi que se permitía doble nacionalidad, y que hasta Balaguer se
la daba, como algo sin valor a los Taiwaneses asustados con la China Comunista
que compraran en el Complejo de Apartamentos Bella Vista uno por
aproximadamente US$50,000., donde nuestra nacionalidad sagrada y nuestro pasaporte
venían como postalita adicionada, sin ningún otro requisito y por supuesto sin
ningún valor.
Eventualmente esta práctica ha seguido, y recuerdo que Hipólito
siendo Presidente dijo en Texas que exhortaba a los dominicanos que vivían en
EE.UU. a hacerse ciudadanos, “como él lo
había hecho cuando era estudiante de la Universidad de Texas”. Nunca se supo si fue una travesura de una
lengua incontrolable, o una realidad, pero se desmintió rápidamente por aquello
de que no se puede ser Presidente sin haber nacido en el país y no tener doble
nacionalidad. Todo había cambiado, ya no
era traición cambiarla.
Así esto de la ciudadanía dominicana ha seguido con tanta apatía, flojedad
e indiferencia, que hasta el actual Canciller Carlos Morales Troncoso, que se
asegura nació en Puerto Rico y tiene la nacionalidad norteamericana, aun así ha
llegado a ser Vicepresidente y Candidato a la Presidencia, y se dice que no es
el único, pues “aquí todo se arregla”, todo se vende, por el poco rigor y
disposición a cumplir con las leyes y la Constitución. Por no haber
consecuencias. A los grandes narcos y
delincuentes le dan actas de nacimiento y cédulas como cosa normal y nadie es
castigado.
Hace poco agarraron en Francia a un individuo con pasaporte legítimo
Dominicano por el que confesó haber pagado cerca de un cuarto de millón de
dólares, si mal no recuerdo. A ninguna
autoridad le importó, que yo sepa. En
Francia lo soltaron en pocos días.
Como vemos no es nada nuevos que nuestra nacionalidad y pasaportes
están a la orden de quien pueda pagar por ellos, en acto ilegal de la
autoridad, que se supone que debía ser celosa guardiana de las leyes, pero la
realidad es que cualquiera que quiera, puede fácilmente “convencerlo$” y obtenerlos
libre de cumplir los requisitos estipulados.
Hay un caso reciente de un famoso cantante español, quien recibió
ciudadanía “privilegiada”, que supongo solicitó no porque ame a este terruño, y
le fue otorgada no porque sea una gloria que va a beneficiar a esta tierra en
su desarrollo y crecimiento, sino porque con amplio desagradecimiento a su
patria y a su origen, a donde creció y se supone enterraron su ombligo, a donde
le dieron fama, gloria y dinero con el cante jondo, la abandona simplemente
porque aquí paga menos o ningún impuesto, ya que puede no reportar ingresos de
giras y conciertos sin ningún riesgo. No
es el primero, pues somos reconocidos y apetecidos como un paraíso pirata para
extranjeros ricos y desagradecidos, que ni en momentos de casi tragedia nacional
de su tierra tienen el suficiente patriotismo amor y valor cívico para alegrar
por instantes a sus compatriotas con su arte y ayudar con parte de su dinero,
sobre todo cuando ya tienen mucho más de lo que necesita para los pocos años
que le quedan de vida, y que ni un euro se van a llevar.
Lo cierto es que esas personas ni nos quieren ni nos querrán, son
aves de paso y como dejaron a su “amada” patria, a sus familias, amigos,
recuerdos, solo por problemas de ambición económica, nos dejarán tan pronto encuentren
algo mejor o aquí alguien le quiera cobrar impuestos.
Este servilismo de nuestras autoridades contrasta notoriamente con
la negación de la nacionalidad que ellos han hecho de ventorrillo, a personas
que aquí nacieron, hijos de personas que fueron traídas por el gobierno o con
su anuencia e Inmigración no se preocupo por extrañarlas de nuevo a sus lares ni
se le proveyó de documentación para que no fueran parias e ilegales, era un
gran negocio, cuyos hijos nacidos aquí eventualmente, fueron inscritos en el Registro
Civil, como el Registrador les instruyó,
y sus declaraciones fueron aceptadas, mismas que ahora, décadas después, se
tilda de incorrectas y nulas, que no cumplieron los requisitos de ley. Es al
Registrador y al Estado a quien hay que pedirles cuentas, no al infeliz que
quiso hacer las cosas bien y fueron oficialmente mal dirigidas. Todo por ello seguir siendo infelices que
subsisten por debajo del límite de la pobreza y obviamente no tiene dinero
suficiente con que pagar y comprar en los ventorrillos oficiales que no fían ni
aceptan “tickets de bodegas de ingenios”, como en los casos arriba señalados, donde
posteriormente fueron hasta “honrados” al recibir Títulos de Honoris Causa de
la UASD (supongo que si Duarte pudiera se sentiría ultrajado de que para disque
hónralo lo hayan metan en ese mismo fardo que de pena).
La verdad, que vista la famosa sentencia 168/13, la carta abierta
al Presidente del Arquitecto Espaillat Nanita y unos cuantos personalidades
preocupadas y sabias, llena de verdades, que lista las despreocupaciones y
complicidades estatal a lo largo de casi un siglo, que olvidó los acuerdos y
las leyes, amparando junto a naciones extranjeras, organismos internacionales y
empresarios la explotación y la esclavitud de gente encerradas (presas) en Colonias
Cañeras, que hoy se les dice que estaban de paso, en tránsito de décadas; visto
también el comentario sabio y lapidario del Jurista Manuel Atienza Rodriguez, que dicen fue profesor de 11 de los “Jueces
del Tribunal Constiucional”, que destila por todos lados sabiduría jurídica, hay que concluir como él, que para
ser jueces (o para ser gobernante) hay que tener mucha fortuna moral.
Aunque vemos, como diría un cibaeño, que ante la avalancha
nacional e internacional y el aislamiento y la vergüenza a que nos enfrentamos
como país de espasmos epilépticos, “ya en
la Junta le jayán un bajadero”, con declaraciones increíbles donde
desmiente al tribunal y a tantos otros organismos con las cifras de afectados
que cita en la sentencia, también se desmienten olímpica y desvergonzadamente ellos
mismos con las cantidad de documentos que anularon y la supuesta docta
declaración de su pobre Presidente de que la “Junta había sido asaltada, que era pública pero manejada privadamente,
etc.” y ahora nos hablan de números ridículos, al que arribaron en una
maratónica “investigación” imposible a la que pocos le damos credibilidad. Dicen lo que les conviene u ordenan sin pena
ni vergüenza, se desmienten ellos mismos como si eso nada significara en lo
moral y en la credibilidad. Lo
importante es sacar la pata pronto después de metida, con verdades o con
mentiras. Calmar las huestes internacionales
que nos quieren asolar y aislar, y mostrarse tal cual son... La opinión nacional no les preocupa como de
costumbre.
Es que teniendo abundante fortuna económica no les interesa la
fortuna moral, con la que no se va al supermercado.
¡Así que a qué viene que tanto aspaviento y tanto hablar si todo
seguirá igual, a menos que la realidad sea que estén disciplinando al
Presidente Medina para que sepa quién manda y cómo debe de comportarse!
Sto. Dogo, R.D. * luis@arthur.net
* www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 11/XI/2013