Sin Temor… Ni
Favor…
Ingredientes para el triunfo
El conocimiento
es importantísimo. Es la base del desarrollo. En esta era llamada del conocimiento, todos deberíamos
de tener el suficiente para garantizarnos nuestra subsistencia y algún grado de
bienestar, sin embargo, no basta con tenerlo en abundancia, lo que percibo como
más importante es el saber usarlo, la habilidad para hacerlo.
Vemos tantos que han pasado por prestigiosas universidades,
calificadas en el ranking mundial como las mejores, y si bien la gran mayoría están
en puestos y posiciones económicas importantes, no todos forman y conforman
este mundo en que vivimos.
Hace falta algo más que eso que se llama inteligencia que se mide
con llamado IQ o CI y muestra ciertas importantes habilidades de las personas
en comparación con otras de su mismo rango en una prueba o test estandarizado,
pero aun creo que no se ha desarrollado una forma de medir integralmente la
capacidad de éxito.
Sí conocemos algunos factores que los componen, como son un
conocimiento mínimo de cómo funciona el mundo y el sitio donde se habita, una gran
dosis de trabajo que podríamos llamar apasionado, un deseo de progresar que
mueva sus estructuras dinámicas y energéticas, una constancia a toda prueba
hacia un objetivo, todo sazonado con una gran cantidad de soñar, vislumbrar, no
desmayar, recomenzar cuando sea necesario sin perder el tiempo en quejas
fútiles.
Olvidarse de ellas, de platicar “al mundo” los inconvenientes, los
obstáculos, el hacerse las víctimas, responsabilizando a otros de su condición
menos a ellos, queriendo justificar primero ante sí mismos su fracaso. Desgraciadamente todo camino en esta vida
está lleno de obstáculos, de inconvenientes, de desafíos, zancadillas, distracciones,
de falsas rutas que te sacan de tu objetivo, y quizás uno de los peores, de un
espíritu o programa mental limitado y hedonista, que te hace querer disfrutar a
lo grande en cuanto se cosechan los primeros frutos. Creer que son perennes, que aumentarán solos,
y se distrae y se pierde el ritmo de trabajo productivo, lo que generalmente lleva
al eventual fracaso o la mediatización de los objetivos y la mediocridad de los
resultados.
Cuando miramos personas sin una preparación formal, a veces ni
siquiera elemental, que son capaces de lograr lo que otros con títulos rimbombantes
y hasta con fortunas familiares no logran en actividades legales e ilegales, tenemos
que entender que a cualquier receta para triunfar le hace falta un componente
especial, personal, que no se aprende en
universidades castradoras, ni en la casa, y quizás difícilmente en la sociedad.
Entre tantos ejemplos, en lo ilegal, ahora se nos habla del Chapo
Guzmán. Hombre inmensamente rico que
hasta ahora se le han descubierto un emporio183 empresas legales como parte de
su red o conglomerado económico, que se desarrolló y creció con todas las
dificultades que pueda alguien tener, pues su fuente primaria es ilegal. Un individuo que tenía que vivir en la “clandestinidad”
donde: “... Los reportes oficiales señalan que el Cártel de
Sinaloa –la empresa liderada por Joaquín Guzmán Loera- es capaz de mover dos
toneladas de cocaína[i] y 10,000 toneladas de marihuana[ii]
–el 35% de toda la que existe en el mundo-, al mes. Un verdadero reto
logístico, que traspasa fronteras, idiomas, culturas y religiones. Algo sólo equivalente a lo logrado por DHL,
UPS o esos dignos ejemplos de “The world is flat”[iii].
(“El mundo es plano”). Para lograrlo,
como cualquier empresa de mensajería global, cuenta con una red impresionante
de operaciones en 17 estados del país[iv]
(México) y
subsidiarias en 54 naciones[v], en todos los continentes -el cártel
que más toneladas de droga mueve en el mundo-. Como comparación, Cemex, la
empresa mexicana más global tiene oficinas en 33 países, Bimbo en 19 y Maseca
en 17[vi].
En muchas partes donde el Cártel de Sinaloa llega,
México no tiene ni embajada o consulado ¿Cómo lo ha logrado? La posición
geográfica de Sinaloa es simplemente perfecta y lo supo aprovechar. Al sur
tiene los estados que más producen opio y marihuana (como Guerrero y
Michoacán), aunado a que la propia Sinaloa tiene grandes extensiones de tierras
para este cultivo (en total, 60,000 kilómetros cuadrados[vii],
más grande que Costa Rica, República Dominicana u Holanda). (Tomado de David Pérez Esparza Internacionalista
egresado del Tecnológico de Monterrey, Maestro en Política Pública por la EGAP
y Maestro en Gobierno y Resolución de Conflictos por la Universidad de Essex.
Actualmente es estudiante de postgrado en Ciencias en la Facultad de
Ingeniería en University College London (UCL).).
Aquí
tenemos demasiados otros ejemplos similares:
Quirino, Toño Leña, El Matatán, Figueroa Agosto, por solo mencionar cuatro.
La
pena es que estas personas mencionadas, siendo ellos los principales o no, se inclinen
hacia las actividades ilegales, donde priman todas las dificultas posibles, que
a veces incluyen el riesgo de su propia vida, y en la que hay que distraer
tanto dinero hacia compra de personas y conciencias en esa inmensa red de
complicidades, que al cabo no son más que empleados a su servicio.
Quizás
deberíamos pensar en algún tipo de reforma profunda del Estado, donde a los
empresarios natos, no se les cerrara como ahora el camino hacia su desarrollo
legal, sino que más bien tuvieran oportunidades e incentivos para enrolarse al progreso
nacional. Pienso que las dificultades intrínsecas
que presenta una carrera ilegal son mayores, pero puedo estar equivocado, y que
tantas reglamentaciones, impuestos, lentitud, ineficiencia e inconvenientes de
los gobiernos, tan difíciles de vencer, no sean el resultado de la poca
atención y de un camino ya trillado que solo copiamos, sino que busque el
desesperar y por ende fomentar ese clima de sobornos y de hacer cosas ilegales,
que al cabo traen dinero fácil que a tantos beneficia.
S. Domingo, R.D. * luis@arthur.net
* www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 2/III/2014