Sin Temor… Ni Favor…
Cursos de Creole
Luis H. Arthur S.
Que Haití
promueva la emigración de su población,
aun ilegalmente, no tiene nada extraño ni debe asombrarnos. Ellos, desde su punto de vista y
conveniencia, tienen que tratar de aminorar esa carga de miseria que les
abruma.
Nosotros lo hemos hecho cuando no detenemos a los ilegales que
se van en yola, aun sabiendo todo el mundo, menos las autoridades, a qué hora y
que días salía el “expreso de Miches”.
Lo malo está en nosotros, que no controlamos nuestra frontera, que
pagamos y exigimos tan poco a nuestras policías y militares cada vez con menos
conciencia de su deber, aun sabiendo del pingüe negocio que se encierra en el pago de peajes, tanto
para que extranjeros entren como para que dominicanos ilegales salgan, dinero
que permea hacia arriba, contrario a la gravedad, y que no tiene ninguna
consecuencia, pues no hay prácticamente ninguna moral en ninguno de los militares,
ni de políticos a todos los niveles y hasta el cogollito.
Que los
pueblos fronterizos se están llenando de haitianos, eso es muy viejo y ahora es un negocio floreciente con eso de la regulación,
también Santiago, Santo Domingo, y los sitios más alejados como Bávaro y Punta
Cana, están cundidos desde viejo, donde las esquinas están tomadas y hay
violencia, igual el moto-concho, la venta de verdura en camionetas con
altavoces denunciado por el acento extranjero del que vende, totalmente tolerado
como la pena de muerte sin juicio de la policía, pues la moral, la autoestima,
la seriedad, el compromiso, el amor a la patria, hace tiempo que llegaron a una
posición que igual que muchas especies animales y vegetales están en proceso de
extinción.
Ya en el Este,
en el otro extremo, son los haitianos que imponen leyes al motoconcho Igual que en Santo Domingo donde copan las esquinas
vendiendo esquimalitos y tarjetas de teléfonos y mil cosas más, y golpean a los
nacionales que quieren vender en ellas, pero las autoridades y el pueblo están
tranquilos y ellos protegidos. Hace rato
que nos vamos retirando y abandonando nuestros derechos.
Así que nada
debe sorprendernos. Quizás haya alguna
esperanza cuando saquemos a estos políticos y jueces corruptos de su paraíso de
impunidad, pero con esos datos de la última encuesta donde Leonel e Hipólito
sumarian un 90% de las preferencias para las elecciones del 2016, creo que la
esperanza se está tornando marrón, como los arboles o la hierba sin agua y sin
alimento, pues cada vez somos más masoquistas, viscerales y no pensantes.
Cuando alguien
que juró cumplir las leyes dice que no hay que tirar ladrillos para atrás,
contrario a la estrategia de los Partos hace 2000 años, deja en cueros al
pueblo y le da un espaldarazo a la corrupción y a la justicia corrupta, y corona
y engrandece la impunidad, quizás por aquello que dice el Evangelio, de que “quien
esté libre de culpas que tire la primera piedra”
Tenemos que
dejarnos de gritos histéricos y si no podemos defender nuestra patria de
invasores que pagan peaje y de políticos y militares que lo cobran, que nos
esquilman, debemos tranquilizarnos y aceptar que debemos rápidamente tomar
cursos de creole en esas escuelas que masivamente se inauguran cada semana, sin
maestros capacitados, importándolos desde Haití si fuera necesario ahora con
papeles, pues no solo parece que conviene, sino que eso es lo que queremos
masiva y conscientemente tras tanta propaganda distorsionante y mentirosa,
aunque algunos pocos nos opongamos, y llenos de tristeza tengamos a la postre que
resignarnos. ¡Salut!, au revoir!