Sin Temor… Ni Favor…
Indolentes
Luis H. Arthur S.
Es
frustrante ver como los que juraron defender al pueblo, los que juraron darle
salud y no permitir que nada les dañe, cuando ven que todos sus medicamentos,
toda su ciencia, son incapaces de contener una epidemia viral llamada
Chicungunya (hombre encorvado), son más que indolentes y no aceptan nuevas
ideas que son inofensivas en cuanto a sus efectos secundarios, usadas desde
siglos atrás con éxito, no patentables, que si no hacen bien no hacen mal, de
las que este servidor no ha sido más que uno más de los que las recuerdan,
repite y cacarea, sin beneficio alguno, sin que hasta el momento se vea en
estos señores del poder y la salud ninguna voluntad de probar, investigar, controlar
y tratar de resolver el problema de manera efectiva. Con razón un amigo me dijo que parecía “Fray Antón de Montesinos, predicando en el
desierto”. Le contesté que más bien lucía
como“Fray Luis de Monterrey”,
predicando en el desierto de la indolencia que ojala no fuera también sabichosa.
Pena que no estoy en Santo Domingo, pues creo que lanzaría a
las calles estos productos que son bien económicos, quizás demasiado y ahí está
su gran pecado pues no dan para comisiones, y aunque me metieran preso los que
defienden su negocio y el de otros con calumnias y mentiras, quizás de seguro
podría llevar alivio y salud a tantas personas que hoy desbordan los
hospitales, donde reciben medicamentos, cuando los hay, que tampoco MATAN
VIRUS.
Ya se están muriendo personas, dicen que solo tres en
estadísticas convenientes, pero si alguien tomando H2O2
grado alimentario muriera por cualquier causa, yo, que no tengo licencia para
matar, sería acusado de criminal y tendría que pasar mis últimos años en la
cárcel, en el lugar que le debería corresponder a tantos corruptos quizás la
más señero que anda por el mundo pavoneándose y creyéndose aun presidente y
tratando de opacar al actual.
Hasta que el pueblo no desborde las calles, como hoy lo hacen
en las urgencias de los Hospitales inútilmente, nada pasará.
Que Dios se apiade de nosotros, pues esta pandemia, no será la
última. Quizás sea la más dolorosa que
recordemos pero menos peligrosa, y volverán los Dengues, el SIDA ahora tal vez con
perspectivas de aumento por tanta promoción, mientras muchos afectados se
manifiestan porque sus medicamentos, que no curan, sean incluidas en la
Seguridad Social, y vendrán otras más como la fiebre porcina, la aviar, etc.,
mientras como país y como pueblo tarado, no buscamos soluciones, esperamos que
algún laboratorio diga que inventó una vacuna, que a lo mejor es puro fraude como
con la H1N1 aquí en México, pero que sí producirá muchos niños autistas, y
degenerará muchos higados…