Sin Temor… Ni Favor…
Destellos de lógica
Luis H. Arthur S.
Muchos
amigos me envían todo lo relativo a la Chincungunya. Descripción de la enfermedad al dedillo,
forma de transmisión, los dolores de coyunturas, la fiebre, las
erupciones. Los días que hay que esperar,
según el paciente, para recuperarse y brebajes y tés que ayudan.
La vergüenza es que tantos médicos buenos, malos, que se
respetan que no se respetan, orgullosos, sometidos, colegiados, no colegiados, del
país como de todas partes, lo único que pueden hacer es recetar analgésicos,
quizás Paracetamol y no considerar ninguna otra terapia, que esté fuera de los
medicamentos patentados de los que ellos son los distribuidores por adhesión
voluntaria.
Esas enfermedades tan sencillas, que se convierten en casi pandemias,
como el Dengue, el Dengue hemorrágico del que ya van muchos muertos en este año,
el catarro, la gripe ancestrales, el AH1N1 y todos los demás números, el VIH, entre
otros, sin hablar del Cáncer, etc., son el némesis de tantos señores que por lo
general no investigan, no tienen curiosidad de alternatividad, quizás no se
ateven ni quieren arriesgarse, y solo esperan que ulgún laboratorio
multinacional diga que descubrió un medicamento o una vacuna, que puede ser tan
falsa como la que hicieron para el AH1N1 que en México, paralizó el país
totalmente por varios días, y trastornó la economía, sangró las finanzas, y que
por cierto no causó ni una sola muerte debido a ese virus como ahora se publican
estadisticas, pero que a mucha gente si les causó efectos secundarios
gravísimos debido el polémico Tamiflú que causa daños colaterales, inclusive
psicológicos, sobre todo en jóvenes de menos de 17 años, y que no necesariamente
mata virus.
Me gustaría proponerle al Ministerio de Salud, que siendo
nosotros un país tropical, pobre y vulnerable creen una división de medicina
alternativa, con seriedad, presupuesto y apoyo, como lo hay en tantos sitios,
incluida Nicaragua, y juntos, la ciencia de los “Medios Dioses (MD)” y los
humildes chamanes, brujos, charlatanes como les apodan, trabajen juntos y entre
ambos se haga algo positivo de amor y salud por nuestro país, pues antes,
aunque faltara agua potable, sanidad social, recogida de basuras y hubiesen
demasiadas asonadas e intranquilidad, se vivía y se curaba sin tanto dinero y
sin tanto daño colateral, y nosotros, somos la mejor prueba.
Quizás el Presidente que está dando algunos destellos de lógica
como con la famosa carretera que dañaría nuestras fuentes acuíferas y parques
nacionales, y que esperemos se contagie fuertemente, diera convenientes
instrucciones al respecto. Le aseguro
que no se arrepentirá.