SIN TEMOR NI FAVOR
Por: Ing. Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com
9 Octubre 2006
“Sólo no se equivoca quien nada hace, ni se arriesga quien nada dice”
Algunos de mis lectores me felicitan y me exhortan a seguir escribiendo claro y simple, para que el difícil tema eléctrico pueda ser entendido por los que no son profesionales en las diversas disciplinas que cubre. Se los agradezco y espero que ese entender no sea pasivo.
Desde 1971 estoy tratando de hacerlo, y yo mismo de entenderlo cabalmente, razón por la cual cada día aprendo y cada día me equivoco. La mejor forma de aprender es enseñar, tratar de explicárselo a otro para que lo entienda. Lo importante es que escribo lo que quiero, cuando quiero y si quiero, sin que nadie pueda considerar que me tiene a su servicio porque a veces pueda coincidir con sus intereses. Trato de ser veraz y justo. Confieso que no siempre lo consigo, pero hasta ahora he persistido en esta especie de apostolado, poniendo muchas veces en riesgo mi integridad física y económica por las cosas que digo contra grandes intereses gubernamentales y privados. Por suerte aun estoy vivo y suelto, pues parece que he sido protegido por ángeles y personas de buena voluntad.
Ahora con el Internet, puedo tener mi propia página cibernética y mi bitácora (Blogspot) donde sólo mi conciencia pone límite a lo que escribo. Casi ningún periódico escrito me publica mis contribuciones gratuitas y emotivas, pues por desgracia sus intereses y conveniencias les limitan lo que pueden publicar, y sólo por excepción lo hacen, por lo que también les estoy agradecido.
En relación con este punto, voy a compartir con Uds. este episodio de mis avatares como novel columnista.
Corría el año de 1991 bajo el gobierno del Dr. Balaguer, el mismo de los 12 años ahora con bozal. La prensa nos trajo la noticia de que se había contratado una empresa Española para dirigir la CDE, que al igual que la CDEEE de hoy no daba pie con bola, y los políticos querían encontrar culpables fuera de ellos y los técnicos politizados. En realidad no venían o no aceptaron dirigirla dando la cara, y desde su oficina en la CDE movían los hilos de los titiriteros, sin el peligro de recibir los tomatazos. Esa empresa era UNION FENOSA que se pasó casi 10 años en esos menesteres, y luego nos golpeo con la triste experiencia en las EDES.
Ante lo que juzgué como una afrenta a los técnicos criollos y al país, escribí lo siguiente:
“Santo Domingo, 23 Septiembre 1991
Sr. Rafael Herrera
Director Listín diario
C i u d a d.
Estimado Don Rafael:
En los últimos 5 años la CDE ha tenido los siguientes Administradores:
1 – Joaquín Balaguer
2 – Sr. Julio Sauri
3 – Ing. César Neumann
4 – Ing. Carlos Guillén
5 – Ing. Miguel A. Hernández
6 – Lic. José A. Guzmán
7 – Ing. Ramón Pérez M.
8 – Ing. Marcos Subero
Hoy se anuncia que una empresa extranjera (española) administrará CDE.
En manos de los arriba listados se ha ido desmereciendo a tal punto que sólo falta su colapso total.
Parece demostrado que los Dominicanos no tienen la capacidad para manejar la CDE.
República Dominicana es más grande, importante y complicada que una empresa comercial de generación eléctrica.
Si aquí no hay hombres que puedan manejar esa empresa comercial…!ya se debería ir buscando otra empresa extranjera que nos supla personal capaz para manejar los tres poderes del estado, ya que estos no están mejores que la CDE!
¡El cuello y la tapa de las botellas siempre están en la parte superior!
Atentamente le saluda,
Luis H. Arthur”
Esta carta que ya cumplió 15 años nunca fue publicada. Quizás era el primer grito de oposición a UNION FENOSA. Dos o tres semanas después, en ocasión de un encuentro en el Country Club de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera a la que asistió el Dr. Balaguer, me tocó sentarme en la misma mesa con Don Rafael, y como siempre que nos veíamos el tema obligado era el eléctrico, ya que en su periódico daba cabida a mis artículos, cartas, comentarios e inquietudes. En un momento le dije: ¿Ud. nunca publicó mi última carta, a que se debió? Su respuesta lacónica fue: “para protegerte”.
Pensé en ese recito en que compartíamos con el Sr. Presidente, que quizás me quiso decir que a veces un bozal no era suficiente para contener y librarse de las malas prácticas de los 12 años, y de todos aquellos a los que el Dr. Balaguer controlaba y llamaba incontrolables. Recordé sin embargo que durante 7 de esos 12 años había escrito y salido indemne. Quizás fue una excusa o quizás él sabia algo que yo ignoraba.
Desaparecido Don Rafael, con la desolación que queda cuando una montaña se desvanece, El Listín nunca más me ha publicado nada de lo que en ocasiones le he remitido, cosa que ya no hago.
Como ven, desde hace 35 años vengo golpeando el mismo clavo con toda dureza, sin que este se haya clavado ni siquiera un poquito. Me he puesto viejo, y pronto mi voz será sólo el eco lejano del que predicó en el desierto, de quien martilló sobre hierro frío, y lo hizo sin temor ni favor.
Nunca en mi vida profesional acepté un contrato oficial o de la CDE para la ejecución de alguna actividad vinculada. No he sido cabildero. Tampoco acepté la Administración de la CDE cuando me la ofertaron, pues no vi la posibilidad de hacer nada serio e iba a repetir el mismo papel que tantos, y mi intención nunca ha sido la de enriquecerme deshonestamente y mucho menos limpiar sacos, por tirarle alto.
Quizás llegue el día en que los Dominicanos podamos ser los actores principales de nuestro desarrollo. En que la politiquería y la corrupción salgan del sector eléctrico y de tantos otros y dejen a los nacionales actuar dentro de sus fronteras, sin tener que aceptar órdenes de extranjeros, ni tener que buscar mejores países donde emigrar y poder descollar, para orgullo pírrico de los que aquí quedan huérfanos.
Por desgracia hemos vivido, como nos dice con harta frecuencia nuestro amigo el Filósofo: ¡No en el poder de la razón, sino la razón del poder!”
Fin