Sin Temor… Ni
Favor…
Agradecido
Luis H. Arthur S.
Toda la semana
me la pasé en el Curso de Pares Biomagnéticos dictado por el Dr. Isaac Goiz
Durán, su descubridor hace ya casi 25 años.
La verdad que el mismo superó mis muchas expectativas.
Fueron 5 días de 8:30 de la mañana a 7 de la noche con unas dos
horas de descanso para comer y tomar café o jugos, de aprendizaje intenso, de
un método tan simple que parece una irrealidad, casi un juego, que cualquiera
puede aprender con buena voluntad.
Llega uno a no comprender bajo la lógica, forma de buen pensar,
como los gobiernos no han adoptado el avance increíble que este método
representa para la salud completa de sus pueblos que los eligieron para su
bienestar y buen gobierno. Terapia de
bajo costo, que no usa medicina y que cura las enfermedades desde el origen, la
raíz, eliminando los patógenos responsables en no más de 20 minutos, en una
sola consulta en más del 90% de los casos, con tratamiento totalmente externo
no invasivo, con simples imanes, similares a cualquiera, a los de las bocinas
de radio, sin que haya ningún dolor, ni que untarse, oler, inyectarse o tomar
absolutamente nada, y que además si no hace bien, no hace ningún mal ni daño. Parece algo mágico, pero es energético. Que es inmune e indiferente a cualquier
medicina o tratamiento que se esté llevando, excepto quimio o radio terapia. Que cura lo que la medicina actual con tanto
supuesto avance, equipos millonarios y laboratorios impresionantes no detecta, ni
identifica ni cura y a veces ni siquiera bien controla. Donde por su causa no se muere nadie y que
podría economizar quizás más de la mitad del presupuesto nacional para salud
para usarlos para fines como educación y desarrollo, incluido hasta robar. Servicios muy deficientes que se ofrecen si
nos llevamos de las estadísticas y quejas públicas.
Con el que la gente no se envenenaría, ni moriría por efectos
secundarios y atiborramiento y reacciones de medicamentos, donde se podría
disfrutar en el presente lo que será la medicina futura energética para la
salud integral.
Esta apatía solo se entiende por la presión de grandes
farmacéuticas apoyadas por gobiernos extranjeros poderosos, por políticos
corruptos y el método de venta y promoción de medicamentos carísimos, a veces
dañinos y obsoletos y llenos de inconvenientes y efectos secundarios, donde el
sistema de negocio está bien estudiado, establecido, afinado y regenteado con
mano de hierro, con muchas regalías para los promotores, vendedores e
importantes médicos escogidos por su influencia, donde tantos, sin darse cuenta,
quizás, creyendo que hacen bien aunque vean las limitaciones y los deficientes resultados
obtenidos, recetan esos productos de buena fe, hasta pensando que tiene suerte
de tenerlos disponibles en farmacias.
Es notorio que aunque el sistema médico actual tenga tan pobres
resultados estadísticos, y los doctores estén atrapados en lo que fue su
vocación, y la mayoría deje de luchar contra el sistema, contra un cambio a
favor suyo y de los pacientes, se sienten aguijoneados por las tentaciones que
son mucha, se hacen abúlicos y aferrados solo a lo aprendido, con mente
estrecha, como si todo, fuera de su visión tubular, fuera maligno,
charlatanesco, y que no se abren a un mundo que ni empieza ni termina con ellos
ni con nadie, que avanza, cambia y mejora a cada instante.
Dicen algunos por molestar que la MD que ponen los médicos al
final de sus nombres realmente significa para ellos “Medio Dioses”, y se quejan
de que actúen con muy poca tolerancia y menos paciencia. Ellos tienen nuestras vidas en sus manos, no
manejan bloques ni platanos, sino seres humanos que viven y sufren, que en
ellos confían.
Debían, como escribió el Dr. Julio Barnett que se confiesa
avergonzado de ser médico al ver como los pacientes son engañados, abusados,
sin que nadie les cuestione su proceder y ética a tantos malos médicos, ni
siquiera su gremio, ni menos el gobierno.
La medicina traumática, la de médicos que atiende heridas,
accidentes, desvíos, etc. de cualquier tipo, es necesaria y saneada lo será
quizás por mucho tiempo o para siempre, pero la curativa de enfermedades, inclusive
las degenerativas y las de llamadas catastróficas, canceres a la cabeza de la
lista, que para ellos no tienen curas, no respondiendo a la expectativa de salud
de nadie, deben abrirse a nuevos hechos demostrables demostrados, para que la
sociedad no siga siendo los conejillos sacrificables.
Se dice que más de la mitad de las operaciones, no por accidentes
o lesiones, no son necesarias. Se sentencia que la mejor operación es aquella
que no se realiza, claro, la mejor para el paciente.
Nos mutilan, desbalancean, crean problemas tantas veces
innecesarios al cuerpo perfecto que Dios y la evolución nos han dado, solo por síntomas
y disfunciones, con ignorancia de orígenes de enfermedades, patógenos y
asociaciones, que aun no entienden pues las facultades de las universidades no
les enseñan eso, y los laboratorios no buscan lo que no les piden ni para los
que no tienen reactivos ni protocolos.
En fin, que ya formo orgullosamente parte de los terapeutas que en
toda América, Europa y casi todo el mundo sumamos muchos miles tratando, contra
incomprensiones y hasta violencia de
llevar salud, donde no somos los enemigos, sino quizás los mejores aliados de
la salud humana y de los médicos.
Quisiera ser uno de los buenos y poder ayudar con economía y amor a
muchos seres humanos, para que no tengan que llevar una vida de sufrimientos en
el corto paso por esta tierra, por patógenos inteligentes que nos invaden, y a
orientar cuando sea posible sobre malos diagnósticos, que en casos extremos
llenan de terror como cuando nos detectan cáncer, que en el 95% lucen no serlo,
pero que dan mucho dinero a la cadena de comercio medicinal, ante la ignorancia
de médicos imprescindible y el susto de pacientes que ya se ven sentenciados a mucho
sufrimiento, elevadísimos gastos y a muerte inminente. Total que se dice que la misma no vendrá por esa
patología, sino por la mutilación que reciben con operaciones, la quema
indiscriminada de órganos y tejidos sanos y enfermos con radioterapia, y el
envenenamiento masivo del cuerpo con quimioterapia, cuyos efectos residuales
duran unos 13 años en el cuerpo causando problemas, si es que el paciente es
tan dichoso que logra vivir tanto. Dicen
refutados científicos sin que les hagan caso, que mueren del tratamiento, no
del cáncer que a nadie mata.
Me siento agradecido de la vida y esperanzado de que este método que
hoy obra en mis manos solo para hacer el bien, y que en general puede acabar fácil,
y sin medicamentos, que es su peor pecado de esta terapia, muchos patógenos y
enfermedades, desde el simple catarro hasta el cáncer y muchas de la mente,
callado y tranquilo, para conservar mi integridad y cabeza unos pocos años mas
sobre mis hombros, y lamentar profundamente que no haya solución actual con
imanes para acabar con tantos políticos y empresarios que como patógenos solo
viven para hacer enfermar y enquistarse en el órgano social vivir de él y a la
postre destruirlo, pobres seres que hoy, Día de las Madres, no tienen a quien
rendirle amor sincero y verdadero.
Mty., Méx * luis@arthur.net
* www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 25/VI/2013