Sin Temor… Ni Favor…
Bioenergía en salud
Luis H. Arthur S.
Desde ayer
estoy inmerso en mi nuevo curso sobre sanación con la terapia de pares magnéticos,
esta vez con bioenergía. Es algo de lo
ya he escrito anteriormente y sigo maravillado con los resultados, sobre todo
con la tremenda posibilidad de poder sanar a distancia, con potencial
equivalente a un tratamiento personal.
Cosa que la alopatía no concibe ni puede hacer.
Es importante notar que nadie sana a nadie. Toda persona se sana sola, y que los terapeutas
y médicos no hacemos más que ayudar al “médico interior” que todos llevamos
dentro, para que la salud regrese a la persona, siempre y cuando ella realmente
así lo quiera, pues aunque Uds. no lo crean hay personas que usan sus dolencias
para llamar la atención y estar de alguna manera presente en el devenir familiar. Estas personas, que lo mismo pueden ser niños
que viejos, abundan mucho en cualquier parte, y hasta llegan cada día a inventar
nuevas patologías para no perder esa vigencia que les es necesaria.
Lo bueno de la terapia que practico y ahora completo, es que no
es invasiva en modo alguno, no requiere de quitarse la ropa, ni de medicamento
ni nada olido, untado, tomado, inyectado para lograr increíblemente el retorno
de la salud.
Nada es mágico, es un proceso físico eléctrico, inscrito en la física
cuántica. Hay veces que la cura es instantánea,
otras tarda y requiere de varias consultas.
Por lo general todas se curan o se alivian, dependiendo de la edad, el
tiempo de la enfermedad, etc. Con la grandísima
ventaja que no importa ningún otro tratamiento a que el paciente esté sometido,
a excepción de quimio y radioterapias, y si no hace bien, no hace mal, ni tiene
efectos secundarios.
Tan pronto se complete este último ciclo, debo presentar una
tesis para optar por el título universitario que me acredite como Terapeuta. El maestro es el mismo descubridor del par biomagnético
que nos ofreció el primer nivel hace un año, el Dr. Isaac Goiz Durán, quien
incansablemente se mueve por países de América y Europa, dando conferencias,
cursos, recibiendo diplomas y reconocimientos de esta nueva tecnología que ya
cumplió 25 años y que formará parte necesariamente de la medicina del
futuro.
A nuestro regreso al país, podremos seguir ofertando nuestros
conocimientos y tratando con amor de ayudar a personas con enfermedades,
algunas supuestamente incurables, tantos diagnósticos equivocados y operaciones
innecesarias.
Mientras tanto, deséenme suerte y que todos salga bien.