COMO ALBINOS
Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 27 Agosto 2007
Aun en este país de sol y playa, de altas temperaturas y raza mulata, hay personas que tienen la piel tan sensible que hasta el aire y la ropa les molestan.
Posiblemente hicieron con su piel original, gruesa como la de elefante o rinoceronte, una bolsa para guardar y amasar su gran fortuna que cada día les llega solita a buscar refugio en ella.
Todos conocemos personas así. A veces son hasta nuestros vecinos. Otras les conocemos por sus actuaciones y reacciones. Están en todas partes
Lo peor es les causa escozor si alguien los toca aunque sea con el aire que va con las palabras, o les toca con el pétalo de una rosa e inmediatamente arguyen que ese pétalo pertenecía a una rosa y ésta tenia un tallo donde habían espinas, y por lo tanto, les causó rasguños, heridas, y urticaria.
También pasa con personas que viven en casas de cristal y tienen que ceñir sus actuaciones a lo correcto y legal, porque todos estamos en el derecho de criticarlos y hacerles llamada de atención si acaso se apartan y no se ajustan a estos cánones.
Son los criados del pueblo y a veces salen respondones.
El problema es que mientras más encumbrados se sienten, pierden contacto con la realidad y se creen jefes montados en el Pegaso de Hipólito llegando al Olimpo y no como turista con pasaje y estadía pagos. Usan y abusan de su poder terrenal momentáneo, agigantan sus posibilidades, no para tener una piel normal, sino para amedrentar a unos y advertir a otros. Para que nadie se fije en sus abultadas carteras hechas con su piel y la de tantos del pueblo a quienes a diario desuellan.
Cuando la ambición se desborda y la carga se hace muy grande, notoria y pesada, se corre el riesgo de ser aplastados por el mismo peso de su riqueza, pues todos quieren lo que otro tiene, que no sea miseria.
Así, cuando llegue el momento, si es que llega, lo único que les dejaran será la miseria de una vida aventurera y desleal en todos los ordenes.
Para algunos ese momento puede venir pronto con el descrédito de los políticos, y el surgimiento de la reencarnación del que ya casi va a rendir cuenta de vida en nuestra isla vecina.
Nunca se pensó allí en paredones. Tampoco aquí se piensa, pero habría que meditar si no serian justos y necesarios.
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