Sin Temor… Ni Favor…
El precio del silencio
Luis H. Arthur S.
Al PRD le callaron la boca. Le dispararon la sentencia de la Sun Land, la máxima oposición que le han hecho al gobierno, y para compensarles, someterlos y que no pudieran decir ni pio, le soltaron a sus transportistas corruptos. Ya no tienen moral ni principios que defender. Fueron señores condenados en todas las instancias. Le dieron la sentencia final, de la cosa definitivamente juzgada, y quedaron con ese calificativo. Una jugada política maestra y maquiavélica de quien se está convirtiendo en un monstruo de la politiquería.
Sin contar con el caso Quirino, que tiene a tantos nerviosos. Sólo Hipólito, quien no debería hablar, no se calla. Mientras más habla, más se aferra en la conciencia nacional la idea de que busca desesperadamente acusar para defenderse, que necesita el supuesto manto de ese partido coludido por sus acciones y las de su gobierno para cubrirse, y nada mejor que dominarlo y ponerlo a su entero e incondicional servicio.
El PRD ya no es “el Partido de Pueblo, de la Libertad”, y la pena es que este gobierno, cada día más desprestigiado, con menos credibilidad aun entre los mismos peledeístas y los que votaron por él, no tenga oposición, y el pueblo necesite a falta de sus instrumentos idóneos, lanzarse a las calles a exigir sus derechos, el respeto a sus bienes, el correcto control del gasto público, el respeto a las leyes y a la constitución. A exigirle a este gobierno que deje ya de hablar con palabras huecas y perversas, en burla descarada a la conciencia e inteligencia de todos.
A que deje de hacer tantas cumbres que no respeta, que como dicen muchos articulistas, sólo sirven de eco para que él mismo se oiga y se crea que sólo él conceptualiza, y los demás somos unos tarados.
El gobierno que no cumple acuerdos ni consejos, y usa a las fuerzas vivas para burlarse de ellas, usará el dinero y la violencia para evitar que las manifestaciones pacíficas prosperen, y quizás lo consiga por un tiempo, pero como dijo Lincoln: se puede engañara a pocos por mucho tiempo, pero no a todos por siempre.
El Presidente tiene que rectificar, tiene que hacer reingeniería de su gobierno, tiene que buscar mejores colaboradores, meter a la cárcel a tantos corruptos, a sus corruptos, dejar la justicia tranquila, renovada de esos coludidos que ahora tenemos.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 18\I\2009