martes, enero 06, 2009

GENEALOGÍA II

Sin Temor… Ni Favor…

Genealogía II


Luis H. Arthur S.

Como la Genealogía se vuelve cada vez más estricta, todos debemos de documentar nuestra parentela, y para ello no basta la tradición oral que es por donde se empieza, con los cuentos de la tía más informada, sino que debemos ir a los actos auténticos civiles y religiosos y otros documentos para nutrirnos y poder hacer una afirmación de filiación cierta y contundente.
Estas fuentes a veces son escurridizas, pues los gobiernos, sobre todo los nuestros, son descuidados y con la buena ayuda de muchas revoluciones, ciclones, fuegos, la humedad y el calor de nuestro trópico, amén del descuido al almacenar, trasladar y tratar estos documentos, que no siempre se hacen en papel apropiado, libre de alumbre, que los destruye en menos de 100 años, estas pruebas legales desaparecen. La que nunca desaparece es la prueba genética, pero nuestros ancestros, salvo los más cercanos aún vivos, ya no están para mostrar sus genes.
En el pasado han habido genealogistas que se respetan, verdaderos investigadores profesionales y éticos, que no esconden lo malo ni agregan lo que les parece conveniente, que no comercializan con el deseo de relevancia de algún líder político, sino que se ciñen a lo estrictamente encontrado, pero hay otros, como la cerveza “light”, que desgraciadamente son muchos, comerciantes unos, descuidados otros, que sin ninguna investigación repiten lo que otros igual que ellos dijeron y aquello se vuelve un proceso de desinformación y distorsión que lleva a nuevas generaciones a errores, sin ninguna base.
Un caso típico es el de los Duarte del este del país que se criaron creyéndose familia del Patricio, y hace poco fue demostrado, que no lo son, pues sus ancestros eran anteriores a la llegada del padre del Patricio y no existen vínculos documentales, probatorios de esa tradición.
Es penoso que muchos prohombres y mujeres de nuestra tierra, no tengan claramente establecida su genealogía, posiblemente por descuido de las autoridades, que no promueven ni cubren investigaciones serias y oficiales para encontrar estos datos, y se da el caso de personas, aún en posiciones relevantes, repitiendo errores, creando nuevos y cada uno diciendo algo distinto y hasta contradictorio sobre un mismo personaje.
Es tiempo de tener datos oficiales confiables y estandarizados.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 5\I\2009