miércoles, enero 21, 2009

Jugando con Fuego

Sin Temor… Ni Favor…

Jugando con fuego


Luis H. Arthur S.

Las cosas cambian con el tiempo, pues la vida es dinámica. Lo deseable es que cambie para bien, para mejorar, para ser más justos y felices.
Cuando un grupo se quiere enseñorear y someter sin límites sobre una sociedad, tarde o temprano aquello va a explotar.
Como ingeniero se que toda obra humana hay que calcularla adecuadamente a su uso actual, prever su uso futuro y sobretodo ponerle los elementos de seguridad, protección y alarma, para que cuando aquello esté por cualquier circunstancia en peligro, tomar inminentemente las acciones y correcciones necesarias para evitar una catástrofe.
Creo que así es la política y el buen gobierno, sin embargo uno ve como actúan los come solos que se creen predestinados y que pueden perpetuar y ahondar más las abismales diferencias económicas sin consecuencias. ¡Y no es así!
Creo que como amablemente dijo Hamlet Herman en su artículo del Lunes 12 en HOY, que somos parte de las señales de alarma, sin banderías políticas, que no atajamos para nuestro rebaño, y nada ganamos salvo exponernos a la iracundia e intolerancia de tantos que sus neuronas sólo le permiten depredar, alabar y apretar gatillos.
Pensamos en policías necesitados, con familias que requieren sustento, y ganan salarios de $5,000 u $8,000 pesos al mes con la canasta familiar que triplica al menos esa cifra, los armamos y le damos vehículos y fe pública y entonces los lanzamos a las calles a “proteger” a la ciudadanía, y son guardaespaldas de ricos y políticos, de militares de alto rango que no pueden justificar su bienestar con el mísero sueldo que ganan y son ejemplos vivos y constantes para ellos. De Legisladores, que ni asisten, que se inscriben en toda comisión sin participar, para ganar más dietas, que tienen sueldos y prestaciones que generalmente pasan del millón mensual, tres veces más de lo que va a ganar Hillary Clinton, o en una Cámara de Cuentos, que se reparte sin condolerse, y usan a esos policías y militares para que les cuiden, y se creen seguros, pero sus vidas están vendidas a quienes reciben un pago mísero, es como jugar con fuego o a la ruleta rusa.
Tenemos que vivir asustados al pensar lo que podría pasar en otra noche de San Bartolomé.
Mientras tanto, ellos “se la buscan” como pueden.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 20\I\2009