Sin Temor… Ni Favor…
FIESTA DE AMOR
Luis H. Arthur S.
Puertoplateños que un día batieron su alas extendidas y volaron, unos lejos y otros no tanto. Que tuvieron el valor de ir en busca de nuevos mundos, de nuevas oportunidades. Que los que quedaron admiraban y hasta envidaban por haber tenido el valor que ellos no tuvieron. Quizás en algún caso desdeñado por aquellos, pues se quedaron en “el hoyo”, y no lograron mundo y progreso.
Hoy como tantas veces antes, se repite el regreso de la nostalgia. Regresan uno a uno como las golondrinas de Capistrano, buscan el nido caliente que un día dejaron, a los familiares y a los amigos que el cariño y el afecto de los nuevos nunca pudo suplantar. Los que quedaron quizás un día les envidiaron, quizás se deprimieron por su pasividad, y fueron sorprendidos porque el progreso vino a ellos. Las cosas cambiaron, las oportunidades se multiplicaron y al pasar el balance de sus vidas, quizás progresaron más que los que se fueron y sin lugar a dudas, fueron más felices.
Al regresar unos, porque otros, la mayoría, nunca lo hará, no por falta de anhelos, sino por realidades familiares en suelo acogedor, o porque ya partieron hacia el sitio de nunca más.
Los pocos que han regresado, no encontraron el nido caliente, los viejos troncos ya no están, tampoco muchos amigos, el pueblo no es el mismo, y como ya se alinean en la fila del adiós, han tenido un idea nueva, extraña, justa, de rendirles un homenaje a los amigos que se quedaron, que siguieron manteniendo el nido algo tibio, para que ellos al regresar no sean extraños, simples desconocidos para todos en su propia tierra, aunque si lo sean para la gran mayoría. Pero esos no importan. Los que si importan y mucho, son los que aun les reconocen y les brindan afecto y cariño, pues para ambos es una forma de tratar de reunir las partes que quedan del todo de su vida afectiva en figuras caleidoscópicas de extraordinaria belleza.
Los que quedaron y los que regresan son partes del mismo ser espiritual, del alma de cada pueblo, donde hay fiesta cuando regresa el hijo pródigo.
Será una fiesta, la fiesta del recuerdo, donde el tiempo retrocederá, en un paréntesis de emociones nostálgicas que cargará las baterías de todos, para ser más felices.
Será una fiesta muy linda y llena de amor y recuerdos.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * http://www.luis.arthur.net/ * http://www.luisharthur.blogspot.com/ * 3\II\2009