Sin Temor… Ni Favor…
Iguales y distintos II
Luis H. Arthur S.
Otras diferencias entre las personas son las profesiones que desarrollan y las posiciones de relevancias que ocupen.
A un Presidente de la República o de alguna empresa por sus empleados, un Cardenal, Obispo, Sacerdote, Jueces, funcionarios Gubernamentales, y Municipales, Militares, Maestros, etc. son personas que además de sus méritos propios deben tener la consideración y el respeto público y privado de todos por los cargos que desempeñan.
De alguna manera, entrevistadores, periodistas, se dan el lujo de irrespetar estas normas y le escatiman a muchas de esas personas y funcionarios, el respeto debido. Así se oye a una prometedora periodista en un programa interactivo decirle al dueño de la empresa donde trabaja en entrevista telefónica: “Oye Fulano y tu…” Se tutea a personalidades y a Secretarios de Estado, tratados sin la deferencia y el protocolo del cargo, aunque en lo personal algunos no se lo merezcan por sus actuaciones o porque sean unos verdaderos patanes, pero no están comiéndose un “sancocho” en el patio de alguna casa, es en un medio de comunicación público, siendo entrevistado, no es un amigo o un pariente, sino una persona que merece un trato correcto.
Escucho periodistas que se pavonean de ser sus amigos, decir que los quieren mucho, y una bola de sandeces que no vienen al caso. Es un funcionario entrevistado por su cargo. Todo lo demás no viene al caso y ese actuar es una prueba de lo poco educados, de lo inferiores y acomplejados que se sienten.
Algunos dirán que en EE.UU. a las personas se les llama por su nombre de pila y le dicen “you”, bueno, resulta que YOU es Usted, y que el tu (Thou) ha entrado en desuso y sólo se dice en poesía y en plegarias como el Ave María…
Nadie se equivoca llamando al Cardenal por su nombre o tuteándolo, pues de seguro escucharía por la siguiente hora sinónimos, empezando por “pécora”, que le harán avergonzarse. Tampoco al Presidente, ni a un Juez, etc.
Creo que nuestras costumbres ancestrales están siendo maltratadas por personas que no aquilatan el hecho de que no todos somos iguales. Al cabo cosecharán lo que siembren, no importa que algunos se hagan millonarios en dinero cada nuevo mes, pero no en educación.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 18\II\2009