CORREOS (3)
Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 9 Enero 2007
Desde Santo Domingo:
“Leo tus artículos con la misma regularidad que los envías y debo decirte que lo estás haciendo muy bien. Con respecto a este último, así como aquel otro que enviaste hace poco que hacía referencia al tema de las actas de nacimiento, está claro de que se trata de una simple, pero malévola, decisión recaudatoria. En el caso del pasaporte llega al extremo de que una institución ineficiente perjudica a otra que pretende no serlo. Es el caso del pasaporte que, puedes obtenerlo VIP en 3 horas, sin embargo, conseguir el acta de nacimiento te puede tomar tres días y luego tienes que legalizarla; llevarla a otro funcionario para que certifique que lo que previamente certificó el anterior ser correcto. Más aún, exigir estos trámites en el caso de la renovación de los pasaportes, implica desconocer la veracidad del documento que se va a sustituir y que todos los países del mundo han estado reconociendo hasta su fecha de vencimiento.
La verdad es que la modernización sólo ha llegado como palabra más no como un hecho. E pa´l carajo que vamos”.
Desde La Romana:
“Mi hija tiene 30 años, nos nació en Chicago (cuándo yo hacía mi doctorado en la Univ. de Illinois), fué declarada en el Consulado Dominicano de la referida ciudad (dónde tenía el cargo honorario de Secretario de Primera Clase), ya tiene tres registros o cédulas (uno por cada vez que hemos acudido a renovar y para “aclarar” que tiene también nacionalidad americana)….hasta la fecha es Americana simple y llanamente, no tiene pasaporte dominicano y debe acudir a Inmigración para renovar sus permisos de residencia….Qué le parece?
En cambio a un haitiano, sin nombre y apellido, le otorgan cédula por la friolera de 3,000 pesos (en la Oficialía de Boca de Yuma, La Altagracia, se han hecho ricos, creo que hay 10 veces más bocayumeros que la población de esa comunidad). TODOS los haitianos que trabajan conmigo ya son “dominicanos” con “un solo apellido” (a veces se otorgan hasta el apellido del patrón con quién trabajan de manera de ganarse la simpatía del mismo).
Lo insólito del caso del “Registro Civil” o “Registro Vil” es que tratan de “colar mosquitos y dejan pasar elefantes”.
luis@arthur.net