jueves, noviembre 16, 2006

DIPUTADOS

DIPUTADOS

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 15 Noviembre 2006

El Cardenal nuestro, en el homenaje que le hicieron en la Cámara de Diputados este Lunes, les regaló una exhortación: Que no aprueben proyectos que produzcan daños a los sectores más vulnerables.
Desde León XIII con su Rerum Novarum, la iglesia ha enfatizado en que la acción y la actitud de todos, debe estar siempre orientada al bien común.
El Cardenal hace bien en recordarles estas premisas que últimamente han estado tan olvidadas y violentadas.
Deberían de cincelar sus palabras en una gran tarja de piedra (en bronce se pierde), en lugar notorio y antes de empezar una votación, leerla como jaculatoria dirigida a la conciencia de los que ahí están. De aquellos que han recibido un mandato de representación y poder., que en cierto modo le hace imitación en pequeño de Dios, para que eviten el seguir con tantas “indelicadezas”, como ha sido hasta ahora. A no rendir sus voluntades ante un maletín lleno de dinero ofertado o pedido.
Esas palabras son principios, esperanza para un país mejor, el único que tenemos. Ese único donde ellos y todos tenemos afectos, amores, familia, amigos, recuerdos y donde somos gente. El tipo de gente que llena el espíritu y aquieta el alma.
El lar común donde deberemos vivir y convivir, con la frente en alto, la conciencia tranquila y la satisfacción del deber cumplido.
Para uno “hacerse”, como vulgarmente se dice, hay métodos y medios muchos más rápidos y quizás menos dañinos, en que tampoco la justicia les verá. Acuérdense que es “ciega”. La pongo entre comillas recordando el consejo recibido hoy en un correo de un amigo criollo que vive en Puerto Rico, quien me invitaba a que visitara las cárceles.
Decía que me iba a dar cuenta, que el 98% o más de los reclusos eran personas pobres y humildes, ignaras en su mayoría, quienes parecen no tener más oportunidad en la vida que delinquir, y en estos casos la justicia si ve.
Juzga el amigo y yo concuerdo, en que es muy culpable la falta de educación y el bajo nivel de instrucción, de principios y disciplina y la poca esperanza que estos países les brindan. Se legisla sólo para los sectores poderosos y para el bienestar propio.
El bien común, es sinónimo de paz y justicia.

Luis@Arthur.net