Sin Temor… Ni Favor…
Ciclones convenientes
Luis H. Arthur S.
Primero fue Gustav, luego Hanna y ahora viene Ike (¿y qué?). Las dos primeras nos han tratado relativamente bien. Han traído mucha agua que tiene saturada la tierra y han causado inundaciones más o menos graves, y Ike, que luce pasará muy al norte, con categoría 4 y vientos de 240 Kmh, traerá más lluvia y en las tierras que toque va a causar mucho daño y muertes.
El clima luce más loco que nunca, pues aunque estos son tiempos de huracanes, no se habían visto esas trayectorias raras y repetidas que tuercen su curso hacia el sur, para luego remontar nuevamente hacia el noroeste.
Alguien me ha dicho que los EE.UU. han tratado desde hace tiempo de controlar el clima, y llegan a creer que estos virajes anormales, son el resultado de esos experimentos que buscan alejarlos de sus costas, aun sin conseguirlo. Ike va para Florida y ojala ahora se desviara hacia el norte a mar abierto.
Claro, nunca oirán una confesión al respecto, y todo esto quedará como especulaciones de mentes afiebradas, que creen ver la mano del imperio en todo lo que sucede o no sucede.
Aun las cosas malas, las más terribles, tienen su parte buena. Para Trujillo San Zenón, donde tantos perdieron tanto y muchos hasta la vida, le dio la oportunidad de ponerle su nombre a la ciudad de Santo Domingo.
Las grandes catástrofes siempre han servido de excusas para justificar a malos gobiernos y esconderles sus fracasos y debilidades, sin que en realidad a ellos les importen los muertos y las tragedias que vive el pueblo. Son como grandes sudarios que cubren y ocultan sus fiascos.
Si un buen ciclón nos golpeara duramente, habría justificación para la disminución de las exportaciones y una balanza de comercio exterior deficitaria, para la falta de dinero público, escuelas y hospitales, pues se diría que todo se fue en solucionar los problemas dejados por el meteoro. El sistema eléctrico quedaría destruido y todos nuestros males no serían contabilizados en la cuenta del gobierno, sino en la del ciclón que nos permitiría librarnos del San Benito de la no planificación y el mal gobierno. El Metro se inundaría y se perderían millones. Los muertos, se olvidarían pronto. Como los de Tavera y Las Barías cuando la tormenta Olga, le dan unos chelitos a los familiares y hasta lo vitorearían
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *5\IX\2008