Sin Temor… Ni Favor…
Complejo de Guacanagarix
Luis H. Arthur S.
Es curiosa la actitud especialmente del gobierno, pero que permea, al preferir y confiar más en extranjeros que en dominicanos, aun en simplezas.
Extranjeros vienen a enseñarnos a sembrar higuereta, cuando en época del perínclito de San Cristóbal, en el sur era un negocio familiar la extracción y venta de este aceite; vienen a poblar nuestras presas de alevines y peces similares; a decirnos cómo hay que modificar nuestra Constitución y hasta que incluir y que excluir si es que nos descuidamos.
El sector eléctrico, el hídrico, están llenos de informes de técnicos extranjeros que hacen un trabajo a espaldas de nuestros técnicos, donde pocos tiene la oportunidad de participar, y nunca tienen el crédito de aquellos que vienen, ven a vuelo de águila, diagnostican y nos enmarcan y hasta nos embarcan.
Empresas extranjeras construyen carreteras, reciben peajes, les concesionan vías, las hacen sin los peraltes necesarios y mandatorios (Carr. a Samaná), y nosotros ponemos los muertos y genuflexos ante esa situación, tenemos que aceptar ser segundos en nuestro propio país, y de ahí para abajo en cualquier otro.
México es distinto. Los consultores son eso, personas de amplia experiencia que van a transferir tecnología, en los puntos débiles, donde se requiere, para que los nacionales la absorban y puedan seguir implementándolas.
Con muchos empresarios dominicanos pasa lo mismo que con el gobierno. No creen en su gente, y eso es muy curioso, porque para muchos los únicos que sirven son ellos, todos los demás son unos incapaces.
El país actualmente está ofreciendo muchas becas, pero como dice un amigo, generalmente en las mismas disciplinas que aquí se imparten y muy pocas en carreras novedosas que aun no han llegado. Cuando el grupo en que yo estuve fue becado, era para estudiar carreras que aquí no se impartían, y a nuestro regreso, las universidades de entonces contaron con los profesores que les permitieron diversificarse. Otro aspecto relativo a estas becas, es lo concerniente al regreso y luego la permanencia de esos profesionales que le costaron muy caro al país. Luego no se acostumbran a este paisaje de mediocridad, marginación y envidia y se van, y nos empobrecemos al prepararles técnicos a países ricos.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 7\IX\2008
