sábado, noviembre 08, 2008

EL RANCHO ARDIENDO

Sin Temor… Ni Favor…

El Rancho Ardiendo


Luis H. Arthur S.

Haití está ocupado. Depredado y abandonado a su suerte.
República Dominicana con quien comparte una frontera permeable de 200 y tantos kilómetros, está a su lado este. Ambas ocupan una isla, La Española, Haití o Santo Domingo. Nuestro país está menos depredado, aunque con vocación inminente a seguir sus pasos, hasta criollos buscan acabar con nuestras aguas pasando una carretera inútil por sus fuentes.
Ellos y nosotros somos 10 millones. La isla soporta unos 20 millones de habitantes.
Ellos más primitivos que nosotros, han acabado con su país, que luce casi un desierto. La consecuencia es que se mueren de hambre. Como son negros, descendientes de africanos igual que gran parte de nuestra población, muy pobres e iletrados, hacen lo natural y propio de todo ser vivo con necesidades primarias: buscan el sustento hasta debajo de las piedras, y emigran. EE.UU., Cuba, Jamaica, las Bahamas Colombia, Venezuela, Canadá y Francia sólo aceptan a los altamente educados. La Gobernadora de Canadá Michaëlle Jean nació en Haití, La gran mayoría está abandonada a su suerte, y vienen para acá.
Esta inmigración que empezó como un negocio de los ingenios azucareros, con bateyes y hacinamiento, como acuerdo económico entre gobiernos y militares, ha seguido su rutina, ahora casi sin ingenios. Claro al pasar el tiempo la situación empeora, las naciones ricas sólo prometen y poco cumplen, y es lógico que ellos vengan a este país como su única salvación.
Posiblemente de Baní y Esperanza hasta la frontera, nada sucede que los militares ignoren, pues esa zona podríamos decir que ha estado militarizada desde Trujillo. Por tanto, la invasión pacífica de haitianos a nuestro país esta coludida de complicidades militares y políticas. Con tantos chequeos, retenes, etc., es imposible que no lo esté.
Nuestra gente se va en yola, algunos llegan a destino, otros se ahogan o los matan sus compañeros y perdidos comen hasta cadáveres, de muertos o “matados”. La emigración nuestra con grandes complicidades deja un vacío. Ellos lo llenan. Viene o los traen a sobrevivir, a trabajar. Hay que hacer algo, legalizar, controlar, acabar negocios ayudar, y debe ser ya. No se puede andar de luz por fuera, cuando esa luz es el rancho ardiendo.S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com