Sin Temor… Ni Favor…
Iglesia y Estado I
Luis H. Arthur S.
La Iglesia Católica Dominicana no ha sabido o querido poner distancia entre su ministerio espiritual y el ejercicio del poder político, y eso viene desde siempre. Hubo curas que fueron hasta Presidentes como Meriño y Nouel. En la época de Trujillo tuvo que venir Lino Zanini, como Nuncio Papal con instrucciones, para marcar el momento de abandonar el barco que se hundía, en el que habían vivido como reyes, y del que consiguieron hasta un Concordato aun vigente, que les da privilegios que molestan a otras iglesias. Se esperaba una especie de renovación que no renueva, sino que vuelve a los mismos vicios.
Trujillo no sólo les dio de todo, y cuando quiso pasar cuenta y pidió que le nombraran Benefactor de la Iglesia, de esa iglesia milenaria que se cuida de las apariencias más que de los hechos, vino el disgusto.
Fueron días de conmoción en que increíblemente aumentó su prestigio y liderazgo político, y ha ejercido un poder in-crescendo hasta el día de hoy, donde la jerarquía luce ser, parte muy influyente del gobierno.
Mientras la Semana Mayor se festeja cada vez menos religiosamente, donde las iglesias lucen vacías y aun los que no salen de “felices vacaciones” a celebrar en playa, montaña, con alcohol y fiestas la crucifixión de Jesus hace 2000 años. Mientras la juventud, falta de moral y freno delinque cada vez más y los curas que llaman “progresistas” son disciplinados por querer ser revolucionarios como el Nazareno, el actual Sanedrín se ensaña con ellos. Mientras tantas otras iglesias prosperan ante el abandonando de la que regía desde nuestros ancestros, que va perdiendo “mercado” marcada y galopantemente, nuestra Eminencia Reverendísima, quiere sacudirse de las palabras del Papa y dice (El Listín): “A mí me resulta muy curioso que ciertos sectores dominicanos, específicamente el político, se hagan susceptible a este tema. Yo creo que aquí hay poca gente en el campo político que tenga autoridad moral para hablar”.
A su juicio, las declaraciones de Benedicto XVI pudo haberlas pronunciado cualquier Papa al momento de recibir las credenciales de un nuevo embajador dominicano, al que le haría referencias sobre las posiciones de los obispos en torno a los problemas del país.
¡Quizás sí, pero sólo lo hizo al nuestro y a ellos de paso!
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *8\IV\2009