martes, julio 01, 2008

LA CIENCIA DESCUBRE

Sin Temor… Ni Favor…

La ciencia descubre

Luis H. Arthur S.

Muchas veces me he preguntado por qué aquí no hay tantas casas supuestamente embrujadas, con fantasmas y almas en pena y todas esas apariciones del “más allá”, como en Inglaterra, donde casi todas las mansiones tienen sus fantasmas y aparecidos.
Al criarme en Puerto Plata, desde niño estuve bombardeado con historias espeluznantes de muertos, apariciones, hombres sin cabeza, almas en pena que como sábanas blancas flotan, y aunque he vivido en la Casa del Tapado (Padre Billini y 19 de Marzo), fui a las ruinas del ex convento, actual Panteón Nacional, porque dizque allí sonaban cadenas a la media noche, he vivido en varias otras supuestamente embrujadas y he andado a todas horas por tantos sitios, por calles oscuras y solitarias, cuando la delincuencia no era problema, por playas iluminadas por la luna, y puedo confesar que nunca he visto a un fantasma. Cuando algo me asusta y se me engrifan los pelos voy a ver qué es y me he encontrado con explicaciones risibles, que si hubiese huido, juraría y perjuraría que vi un fantasma.
El 31 Mayo 2003 un grupo de investigadores del Reino Unido, trabajó con 700 voluntarios que escucharon música algunas mezcladas con una frecuencia baja de sonido suave senoidal de 17 Hz, muy próxima a los 20 Hz, donde normalmente empieza el umbral de captación del oído humano. El 22% sintió ansiedad, miedo, pena, escalofríos y opresión en el pecho. Esto sugiere que aunque no sean audibles estas bajas frecuencias pueden causar experiencias inusuales.
La NASA, mediante su reporte Técnico 19770013810 determinó que el globo de los ojos tiene una frecuencia de resonancia de 18 Hz y ya en su entorno comienzan a verse visiones periféricas que al virar la cabeza y buscarlas desaparecen.
El fallecido Vic Tandy, de la Universidad de Conventry, encontró que la frecuencia de 19 Hz es la responsable de muchos de los llamados fantasmas.
En su caso, estando solo trabajando en un laboratorio, comenzó a sentirse muy ansioso y a ver bultos con el rabillo del ojo, que desaparecían al buscarlos. Se puso a investigar y un extractor de aire estaba suministrando una frecuencia de 18.98 Hz, más otras circunstancias. La ciencia descubre. ¡Ya no hay almas del más allá, sino frecuencias del más acá!
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 30\VI\2008