Sin Temor… Ni Favor…
Condecoraciones
Luis H. Arthur S.
El otorgar condecoraciones es una forma que tiene los gobiernos para reconocer económicamente a ciudadanos de su país y de otros, que hayan realizado acciones extraordinarias, servicios importantes al país y a la sociedad.
Sin embargo, creo que esto se ha quizás desvirtuado al convertirse en parte del protocolo con el que se distingue a gobiernos y embajadores extranjeros, no importa ni su origen ni su comportamiento, y se dan automáticamente como las laminitas que venían en los chuflay, sin la menor ponderación ética.
En lo nacional, ha devenido en ser mayormente un reconocimiento por conveniencia política o por alguna forma en que el dinero manda y compra y con que se devuelven favores.
Tantas se han otorgado que creo que hasta la cuenta se ha perdido, y la mayoría de los que la han recibido no soportarían una auditoría (no por la Cámara de Cuentas) ética y moral. Pero esto ya viene de viejo, pues se aprendió que una medalla colgada en un pecho, como símbolo de honor, doma más voluntades que un cuchillo en los riñones.
Cuando el Congreso Dominicano institucionalice por ley los días de celebración sugeridos en mi artículo de ayer, para honrar a tantos que se distinguen en el diario mal vivir, ante la abulia cómplice del gobierno, que quizás piensa que con sus méritos diversifican y logran un desarrollo integran del país, colgarán más medallas y cruces y habrán más títulos, en los pechos de tantos ilustres, aunque tengamos que recordar lo dicho por aquel poeta mitad Italiano y mitad Griego, Ugo Fóscolo, quien a finales del siglo 18 dijo en Venecia: “En tiempos de las bárbaras naciones, de las cruces colgaban a los ladrones. Mas ahora, en pleno Siglo de las Luces, del pecho de ladrones cuelgan las cruces”.
Sugiero que a todos aquellos cuyos méritos éticos no sean los antiguos y obsoletos, ya en desuso, de ser una persona ética, moral y responsable como ciudadano esposo o esposa y padre o madre, se le otorgue únicamente la Medalla al Mérito del Almirante, en los grados que corresponda, y se le condecore en el Faro a Colón, donde dicen reside el fucú del Almirante, al que Balaguer le salió huyendo y su hermana lo cosechó.
Espero que el gobierno condecore a su buena cosecha de notables ciudadanos.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 24\III\2009