Sin Temor… Ni Favor…
Elegir y ser elegido
Luis H. Arthur S.
Según la Constitución, todos tenemos el derecho de elegir y ser elegidos. Para poder elegir hay que tener un documento que aquí llamamos Cédula de Identidad y Electoral con el cuál quedamos registrados en una base de datos y en una de las muchas mesas electorales próximas a donde declaramos vivir, y con su sola presentación, podemos ejercer ese derecho si no hay trastrueque. El de ser elegidos es cosa distinta. Para ejercerlo no basta la Cédula, sino que tenemos que ingresar a uno de los muchos llamados Partidos, Partiditos y Partiduchos Políticos, que han sido acreditados ante la Junta Central Electoral, y que han devenido en organizaciones corruptas, mafiosas y deformadoras de tan sagrado derecho, donde el talento, la capacidad, el trabajo, el buen vivir, no cuentan, sino el pertenecer al clan que usurpa el poder partidario, y buscar mucho dinero para comprar la posición deseada. Usted puede ser un corrupto, narco, lavador, ladrón, patán, incapaz, analfabeto funcional, basta con ofertar lo debido, comprar a su corrupto favorito, hacer sus amarres y aunque viva y trabaje fuera, le asignan una Senaduría, una Diputación, una Sindicatura, etc., a la que asiste dos o tres veces durante su periodo de 4 años, y en pocos meses se resarce del dinero que tuvo que gastar en la campaña, y seguir salpicando a los que lo favorecieron, para poder volver y volver.
El que lo elijan es la mejor forma de ascender socialmente, y hacerse hasta multimillonario.
Aunque esto parezca un juego no lo es, sino una práctica cada día más perniciosa, que aleja a los verdaderos valores nacionales, a aquellos que en realidad tienen ideas y quieren trabajar por el bien del país sin ataduras, compromisos y componendas. La distorsión que este proceso produce está llevando a esta nación de iletrados y pobres que venden sus votos a veces por promesas, a tener la clase corrupta de gobernantes que hoy tenemos.
Creo que cuando se modifique la ley electoral que tanto cacarean, hay hacer valer el precepto Constitucional de que todos los nacidos aquí tenemos el derecho real y efectivo de ser elegidos, obviando esas empresas y entelequias corruptas y corruptoras que hoy se llaman Partidos Políticos. Claro que habrá oposición, pues el financiamiento estatal no podrá ir a las cuentas personales.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 15\III\2009