Sin Temor… Ni Favor…
Mujeres bragadas
Luis H. Arthur S.
Los padres siempre aconsejan a sus hijos que se cuiden de la calle, que no anden tanto, pues se exponen mucho, porque en ellas sucede de todo, cosas buenas y malas. La delincuencia, los robos y asaltos antes sucedían más durante la noche, pero ante la impunidad ya no hay respeto a nada, y el día se presta mejora a la delincuencia, pues hay más gente por todos lados.
Hace un par de días la Sra. Alicia Ortega nos trajo una crónica de lo que perversamente sucede en Obras Publicas y con su titular Díaz Rúa (¿Calle de día?), donde las cosas andan igual que en todas las carteras, manga por hombro, culpa del “capitalismo” según pregona el Presidente ausente, el que ni ve ni oye ni bien gobierna.
¿Cómo se justifican las denuncias de Alicia?, Como un funcionario pasa de un patrimonio supuesto de $100 millones a $500 en 4 años. Esperamos una explicación.
Lo más penoso es que siguen siendo periodistas arriesgadas como Alicia y Nuria, que destapan una que otra bacinilla, sin que el hedor le haya llegado a los responsables de gobernar, a una comisión de Ética manejada por un anciano digno de mejor suerte, a una procuraduría de la corrupción, que sólo aguajea en los periódicos.
¿No se supone que su trabajo es vigilar? Pero son como tantos serenos, que su sereneo lo pasan durmiendo y siempre los agarran asando batatas.
¿Qué pasó con los responsables del desayuno escolar, de las medicinas falsas, de la droga de Paya, de la Lotería, del Inespre? Que se ha hecho con la depuración de las FF.AA? Es penoso oír al nuevo jefe de la Marina Lajara Solá, hablar como su padre y decir que ahí se va a acabar la vagabundería. Si eso es así, y lo es, ¿quién mantuvo y quizás hasta propició ese relajo?
Lógicamente su antiguo jefe, que tuvo que aguantar el chaparrón e inmediatamente fue a recibir su premio de Subsecretario de las FF.AA., jefe necesariamente del que lo evacuaba de su puesto. ¿Es esto gobernar?
Ante tanta corrupción y desgobierno, ¿qué podemos hacer? Al menos tenemos mujeres con unos timbales blindados, a quienes hay que proteger y preservar, aunque sólo sean ilusas, y culpables de destapar cloacas que a nadie le hedían, pues no sólo tenemos el olfato anestesiado, sino la voluntad. Somos repito Homo Summissus.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 12\III\2009
