domingo, febrero 16, 2014

CORRIGIENDO A LA NATURALEZA

Sin Temor…   Ni Favor…

Corrigiendo a la Naturaleza
 Luis H. Arthur S.
 Muchas veces nos confundimos y creemos que la tecnología y el progreso vienen a corregir supuestos millones de años de errores de la naturaleza,  Que lo nuevo que se descubrió que en parte pudo habernos maravillados, viene a sustituir todo lo anterior que era deficiente y obsoleto.
            La realidad es que poco tardamos o tardaremos en darnos cuenta que hemos pecado de  ilusorios y que primero a la naturaleza no le importa lo que creamos, y segundo, que muchas de nuestras acciones  lo que están haciendo es dañando nuestra sitio vital y la única posibilidad que tenemos de tener un sitio donde vivir.
            Quizás tiene uno que llegar a viejo, y tener mucho tiempo para tratar de entender algo del mundo en que habitamos y la forma en que tenemos que preservarlo para no deteriorarlo en demasía y encontrarnos un día sin tener donde habitar, pues no se ha encontrado hasta la fecha ningún lugar alterno, mejor o peor, al que podamos ir, y si un día lo encontramos, tendríamos que resolver la velocidad de traslado, para que el viaje no supere muchas veces nuestra expectativa de vida.
            Mi vida ha estado ligada a la técnica y nunca al campo y su producción que son nuestras posibilidades de vida, pues tenemos que alimentarnos constantemente, esto es buscar nuestra propia energía para poder mantenernos vivos.   Nunca hasta la semana pasada que lleve un  curso de “Huertos Familiares”,  y fui introducido al mundo de los sustratos, las plantas, las cosechas, las semillas, las plagas, los pesticidas, los agroquímicos o agrotóxicos como los llamó el maestro.  Químicos que están envenenando la tierra de cultivo, los ríos, las aguas, modificando el mundo vegetal y degradando y contaminando las cosechas y los productos que luego comemos y comen los animales que también nos sustentan. 
Nos recalcaba como han ido apareciendo enfermedades en humanos, animales y vegetales casi como pandemias, y en correlación directa y maligna entre los avances de la aplicación de estos tóxicos, la contaminación de suelo, y la salud.  Cada día las posibilidades medicas se vuelven más ineficaces y recibimos advertencias que poco caso hacemos o podemos hacer.
Fue momento propicio para que nos recordara el aforismo de Hipócrates, “que tu alimento sea tu medicina”, tu mejor y única medicina añado.
            La tierra labrantía se está deteriorando, contaminándose, perdiendo su capacidad y calidad productiva, junto a aguas, aire y clima.  Mucha otra se pierde por deslaves, salinización, desertificación, ciudades, etc., por lo que ya está latente nuevamente la amenaza de hambrunas masivas ante una producción en declive y una población en aumento.  Y como para recordarnos que los problemas no vienen solos, está  la nueva y terrible amenaza de las semillas transgénicas.  Ese gran negocio tecnológico que pretende en pocos años enmendarle la plana a los miles de millones que tiene la naturaleza creándolas y haciéndolas maravillosas.   Semillas “manipuladas genéticamente” que solo son viables una vez y bajo un paquete tecnológico como receta de cocina, que amenazan a la propia naturaleza, donde le han eliminado la capacidad de reproducirse, aclimatarse y auto mutar y corregirse, que ha sido el gran secreto de nuestra  permanencia y desarrollo en el planeta, pues estas se aferran a esa su capacidad reproductiva y pueden retoñar aun después de muchos años invernando esperando las condiciones apropiadas.  Las manipulan y las dejan como mujeres estériles, que ya no pueden ser madres, ni traspasar su mitocondria, como seres capados.  Los grandes capitales manipulan hoy en día tierra, semillas y somos totalmente dependientes del precio que quieran ponerle.  Alimentos que muchos consideran genéticamente peligrosos a nuestro ser, contaminados.  Aun nadie sabe cuáles podrían ser sus alcances en nuestro ser, integridad y salud.
Ningún campesino podrá resembrar sus propias semillas, que ya se han adaptado a sus terrenos, sus climas y microclimas.  No importa si se resistieran pues basta que un vecino lo haga, entonces tiene un alto porcentaje de ser contaminado por los vientos.
La ventaja que se nos vende, es que  serán de mayor producción y resistencia a plagas, enfermedades y sequias, serán como animales capados, pero nadie sabe que sorpresas nos aguardarán en el corto y largo plazo, al estar trabajando en cosas tan profundas y generales, sin hacer los debidos ensayos por tiempo suficiente para tener una idea, pues como ya dije la naturaleza lleva millones de años superándose y creando esta maravilla que nos ha heredado mientras aquí vivamos, y que estamos dejando que unos por ambición nos la dañen. 
Hay personas que no quieren consumir productos transgénicos, y países que los han prohibido o limitado por la misma razón, la de ignorar cuales mutaciones se producirán en nuestro organismo y salud, ante un hecho de tanta trascendencia al querer enmendarle la plana a la naturaleza con la excusa de la tecnología, como niño con juguete nuevo, de creernos medio dioses, siendo en realidad que somos más creídos que sabios.
El tiempo que vivimos es de mucha preocupación.  Se está incursionando en un terreno muy peligroso, desconocido, a demasiada velocidad, donde los resultados pueden ser otra de las grandes y terribles amenazas de catástrofe que nos acechan, y todo por controlar la producción y los alimentos mundiales y ganar mucho dinero.  Haciendo que los conocimientos y aprendizajes de siglos pasados luzcan ridículos y se olviden.
El panorama actual es deprimente.  Merma de producción, terrenos cansados y dañados con agro-tóxicos, muerte de insectos beneficiosos incluida la abeja de la polinización, decrecimiento de la calidad del producto, manejo temerario de la genética de las semillas, contaminación de animales, aguas. aire, clima, por lo que solo nos queda irnos preparando y tener producción hogareña de productos orgánicos y limpios, con semillas propias, naturales y aclimatadas, para preservar nuestra salud y la de los nuestros y quizás en no demasiados años, poder comer y vivir, y algo sumamente interesante que aprendí, que cada terreno, no importa lo pobre que parezca, tiene todos los insumos que las plantas adaptadas necesita para producir mucho y de calidad, y que si se presentan enfermedades o plagas, son como en las personas, por desequilibrios, que se pueden corregir con pequeñísimas dosis de medicina homeopáticas.  Igual que en los humanos, toda enfermedad se cura con lo mismo que la causó, nada extraño, así se supone trabajan las vacunas.