jueves, julio 07, 2005

ENERGIA AZUL

ENERGIA AZUL I

Por: Ing. Luis H. Arthur Sosa www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 8 julio 2005

Cuando extasiado miraba el mar atlántico de mi pueblo, y subido en los pocos acantilados que se esparcen cerca de la ciudad, contemplaba el incesante batir de las olas en un fuerte golpeteo que lucía como eterno combate sin vencidos ni vencedores. Cuando en el muelle miraba los barcos cargando tabaco, café y azúcar y contemplaba como las olas subían y bajaban unos centímetros aquella mole de miles de toneladas de peso, vagaba por mi mente la increíble energía del mar, y devanaba mis sesos sin formación ni información, de cómo se podría utilizar está energía. Cómo podríamos extraer de ese reservorio infinito, la miseria que requeríamos para una vida mejor.

Hoy, después de pasados los tiempos de estudio, trabajos, desarrollo, hijos, escuelas, y tantas necesidades del diario vivir, cuando la mente está más en calma del bullir de la competencia diaria, vuelven a aflorar de algún lugar recóndito donde invernaban, las ideas de antaño. Hoy queremos compartir lo que se ha dado en llama la “Energía Azul”.

Introducción:
El mar cubre cerca del 75% de la superficie de nuestro mundo, un pequeño granito de arena que flota en el inmenso espacio, y que es nuestro único habitat. El sol, alrededor que quien giramos, estrella en ebullición, nos manda una enrome cantidad de energía radiante, que como maná del cielo, mantiene la vida de todo en la tierra.
Lógicamente sobre éste cae el 75% de la energía solar, comportándose como un gigantesco panel solar. La energía radiante o luz, con su doble característica de onda electro-magnética y emisión corpuscular, cuando choca con los objetos dependiendo el color de estos se convierte total o parcialmente en energía calórica. Las superficies obscuras, negras, rojas o verdes, convierten en calor casi el 100%. Si los colores son claros o brillantes, se comportan como espejos devolviendo mucha o toda la energía incidente. La sabia naturaleza nos ha dotado de una atmósfera, de árboles verdes, de flores multicolores, de agua azul, de hielo blanco en los polos y altas montañas, y entre todas contribuyen a mantener un equilibrio energético, aprovechando la necesaria y reflejando la excedente que se vuelve al espacio. Este equilibrio mantiene una temperatura promedio estable en nuestro planeta, propia para mantener y desarrollar la vida tal y como la conocemos.

Si este equilibrio se pierde, como luce estar pasando ahora debido a: 1) la contaminación atmosférica que crea el efecto invernadero que evita que la energía excedente sea radiada fuera de la atmósfera, 2) a los desmontes indiscriminados de nuestras selvas que evita la purificación y la regeneración, y puede llegar el día en que nuestra vida, no sea viable. Algunos piensan que nos estamos suicidando.

La energía captada por el mar se convierte en calor y es absorbida por el agua. Se forman poderosas corrientes de aguas térmicas que dan lugar a los cambios atmosféricos, los vientos, tormentas, ciclones, tifones y muchos otros fenómenos de vida marina y atmosférica, algunos aun no bien entendidos o desconocidos.

Las olas son en parte producto de este fenómeno, que combinado con otro de singular importancia, que es la atracción gravitacional que ejerce la luna sobre las aguas y que da lugar a las mareas, alta y baja, fenómeno este que desplaza rítmicamente un volumen de agua inmenso, que sigue la trayectoria orbital de la luna, logrando con esta especie de batidora gigante, que el agua calentada por el sol, que por estar expandida tiene menor densidad y flota, se mezcle con agua más profundas y frías, produciéndose una absorción y distribución del calor más convenientemente..

El trópico, con casi el 50% de toda la radiación solar incidente, es la parte del mundo más rica en energía radiante, y por lo tanto en energía marítima. En otras palabras nos estamos muriendo de sed rodeados de agua.

Como ya dijimos, nuestra vida se debe y se sustenta en esa energía radiante que nos llega del sol. En la antigüedad, y hasta hace un par de siglos, vivimos de la energía acumulada por el sol en el reino vegetal. En los últimos tiempos estamos viviendo aceleradamente de la energía solar acumulada en el reino mineral. Somos carroñeros energéticos que no sabemos o no queremos comer producto fresco. Grandes intereses, confabulados con gobiernos miopes y ambiciosos, nos amarran a la carroña cara y que empieza a escasear, y no tenemos capacidad ni confianza en nosotros mismos para buscar soluciones no convencionales, en una actitud suicida, para no malquistarnos y no contrariar a los amos petroleros del mundo y sus gobiernos amables, que nos venden sus tecnologías, sus equipos muchas veces usados, degradados e ineficientes.

Algunos países hacen acopio de valentía y usan la energía del viento para producir energía eléctrica. También usan paneles solares. A estas energías y a la hidráulica le nombran energías verdes, por ser no contaminantes. La energía azul tampoco es contaminante, aunque en la actualidad es poco usada, posiblemente porque al mar lo respetamos y le tememos. Sus cóleras son monstruosas y terriblemente destructivas. Sus aguas son saladas lo que las hace muy buenas conductoras de la electricidad. En su seno no podemos respirar y nos sentimos como extraños. El mar es aun un “mundo” poco conocido.

Poco dinero se ha invertido en el desarrollo de tecnologías marinas. Sin embargo hoy, arañando, muchas universidades, personas, gobiernos, que ante el colapso de carburantes minerales que se avecina, buscan y propician nuevas y viejas ideas para extraer esta energía inmensa que pueda ser salvadora, mientras la ciencia encuentre otras energías primarias inagotables como la fusión nuclear.

La energía atómica no se ve como solución por lo contaminante y su peligrosidad que puede acabar con la humanidad en un dos por tres ante un escape accidental, y por la dificultad de disponer de sus desechos radioactivos que tienen la posibilidad de ser usados para fabricar bombas atómicas.

En una próxima entrega hablaremos del potencial energético y de las formas y tecnologías que se están usando y ensayando para extraer energía del mar.

Fin