domingo, noviembre 13, 2011

LA PILARICA


Sin Temor…   Ni Favor…
La Pilarica

Luis H. Arthur S.

Por similitud, reproduzco de memoria el cuento o chascarrillo leído en el periódico El Norte, de Monterrey, México, en la columna de Catón, polifacético escritor y periodista de aquellos lares.

En un pequeño pueblo, donde todos se conocían, había una agraciada joven en la flor de su juventud y lozanía, llamada Pilar a quien todos conocían como La Pilarica, quien prodigaba sus encantos a manos llenas, sin discriminación ni limitación alguna.  Entre los jóvenes del pueblo era ampliamente conocida, codiciada y comentada, pues de una manera u otra todos habían sido sus “novios” y disfrutado de sus favores, que eran secretos a voces.  Aunque apreciaban su gratificante compañía y la buscaban y agasajaban, ninguno pretendía formalizar relaciones y mucho menos pensaba en desposarla.

Un día llega a vivir al pueblo un joven forastero y al ver a La Pilarica, aun bella pero ya casi perdiendo el último autobús, se prenda de ella, quien lo acoge presurosa como tabla de salvación y en un dos por tres se hacen novios, se comprometen, y a poco, ante la risita burlona de los pobladores, sobre todo de los que bien la conocían, anuncian su boda y se casan.

Esa primera noche de boda, como la iban a pasar en el hotelucho del pueblo, en la habitación de “lujo” del segundo piso, los jóvenes sin poder contenerse y buscando la historia final para poder burlarse a gusto del pobre fuereño, se las arreglan para que uno de ellos subiera a una escalera que desde la oscura calle lateral llegaba a la ventana de vidrio de la habitación.  Para evitar que tenga que alzar mucho la voz y los novios se percaten, otro se sube a media escalera para ir repitiendo lo que el narrador de les va comunicando según vaya aconteciendo.

Al pie de la escalera se juntaron una gran cantidad de curiosos y gozosos para disfrutar el evento.  Uno decía y el otro como eco repetía:

– Van entrando, él la lleva cargada en sus brazos.

– La baja.  Le quita el velo y se besan apasionadamente…

– Comienza a quitarle el vestido entre caricias y arrumacos…

– Ya la desnudó…

– La carga y la lleva a la cama…  apaga la luz del techo…

-. Se quita la ropa a toda velocidad y la tira al suelo…

Durante un instante calla y los de abajo gritan:  Sigue…Sigue…

-  Se sube a la cama, se le acerca y le dice: “Ahora te voy a hacer lo que nunca te han hecho”

Y el repetidor, quien quizás la conocía igual o más que los demás, grita:¡LA VA A MATAR...! ¡LA VA A MATAR...!

Cuidémonos que a nosotros no nos maten, con eso de que nos van a hacer lo que nunca se ha hecho, que es lo único que nos falta por experimentar en estos azarosos 500 años y estos 11 de Progreso, Liberación y Desarrollo.