domingo, septiembre 22, 2013

MEDICO INTERNO

Sin Temor…   Ni Favor…

Médico interno
 Luis H. Arthur S.
Dicen que para llegar al punto donde estamos como seres vivos, hemos tenido que recorrer un lapso de quizás 3,000 millones de años.
La cifra en si no importa mucho, pues aun fuera solo un porcentaje reducido de éste, serían muchos milenios perfeccionándonos en cuanto a ser lo que ahora somos, entre otras cosas, una maquina universal en cuanto a combustibles, de programas y acciones que no fallan, que no hay que actualizarlos y cada día mejorarlos.  Nuestro corazón por ejemplo, late incansable, sin descanso, por años y años si lo tratamos bien, sin mantenimiento alguno.  Claro tenemos nuestro chip de obsolescencia para que otros nos reemplacen.
No creemos que el producto ya esté acabado, pues la naturaleza no se detiene, y al ritmo del tiempo siempre va buscando la perfección con toda calma y con pasos seguros. 
Esta vez quiero referirme solo a la perfección como maquinaria humana, donde todo lo que descubrimos es una maravilla, que aun es poco aunque creamos lo contrario, y no hemos sido nosotros los que hemos logrado tal evolución, y en los últimos tiempos quizás a pesar de nosotros.
Durante muchos millones de años en este caminar inexorable, hemos ido cada día llegando más lejos, y es posible que en estos tiempos en que estamos ensoberbecidos por creernos casi todopoderosos, estemos olvidando que a la par de haber sido dotados de un cuerpo y una mente, también traemos un sistema automático de auto preservación, de tener continuidad reproductiva, sin que sepamos en realidad como lo hacemos, pero siendo muy efectivos pues ya estamos al borde del colapso del planeta por desbordamiento.
Vemos este hecho más claramente en los animales, seres similares a nosotros, que han preservado la misma forma de ser y actuar por millones de años, sin haber evolucionado como nosotros, para bien o para mal, a estratos mentales que nosotros mismos calificamos como superiores.
Algunos forman pequeñas comunidades, pero no tienen escuelas, ni tribunales, ni cárcel, ni hospitales, ni almacenes, ni médicos o sus antecesores y aun vigentes chamanes, curanderos, etc., para que les curen sus dolencias y les preserven la vida.
El Dr. Ryke Geerd Hamer, postulador de la Nueva Medicina Germánica, lógicamente inhabilitado, dice que existen 5 leyes biológicas inmutables para todo ser vivo, las describe, y dice que todo ser se sana a sí mismo, agotando el mismo ciclo en cuanto a forma de sanación, para todas las enfermedades que lo acosan, las que son debidas a los instintos primarios básicos aun en el tallo cerebral y el cerebelo.  Estos instintos primarios en los humanos se han sofisticado un poco.  Por ejemplo, un comerciante siente la presión del mercado que lo desestabiliza, o una persona que pierde su trabajo de repente, pueden interpretarlo según muchos factores, como una agresión a su integridad y en ese mismo instante dispara el programa correspondiente que perfeccionó y guarda desde millones de años atrás, al percibir la agresión se dispara el llamado “foco de Hamer” en su cerebro, que se ve en una tomografía como círculos concéntricos, y causarle una enfermedad, que  puede ser desde un catarro hasta un cáncer.  Si esta fuera digamos un cáncer de pulmón, aparece uno foco en el cerebro donde se gobierna el pulmón afectado y otro en el mismo pulmón.
Los animales que llamamos salvajes tienen iguales reacciones, de acuerdo a su evolución específica.  Cuando un Leon sorprende y persigue a una gacela que nadie va a ayudar, esta crea instantáneamente su foco de Hamer, su programa preestablecido de defensa, de hormonas, adrenalina, azúcar, alimento y sangre para los músculos, etc., si logra salvarse, tiene que hacer una crisis de sanación con reacciones epilépticas para restablecerse, ahora diríamos para resetearse, en este ejemplo un proceso corto, casi instantáneo, en nosotros puede durar igual o durar años, dependiendo de la emoción y la enfermedad,  y si es intervenida inadecuadamente, puede perpetuarse y volverse recurrente, como dice Hamer, entrar en balance.
Así, de alguna manera hemos olvidado que si somos seres tan perfectos y hemos recorrido tantos siglos, no nos podía faltar en médico interno, que es el mejor de todos, es privado de cada uno y no debería ser molestado por viejo y sabio, pues su sabiduría es de millones de años, no de unos cuantos siglos.