sábado, septiembre 15, 2012

QUÉ PENA


Sin Temor…   Ni Favor…

Qué pena
 Luis H. Arthur S.
QUÉ PENA que Danilo, con genealogía de próceres y grandes hombres de la patria, no tenga el coraje suficiente y necesario para ser el nuevo libertador de este país, aunque con el anuncio del nuevo plan de alfabetización está dando un paso importante.
QUÉ PENA que no tenga la voluntad de romper las amarras que lo andullan, imponer justicia nueva, y evitar que el pueblo cree los anunciados tribunales populares en gestación que causaran presión y disgusto.
QUÉ PENA que pudiendo hacerlo controladamente, no nos libere de una posible alzada peor y muy traumática, que sucederá ante cualquier chispa, dada la “jartura” que tenemos, y todo se desquicie con un levantamiento popular incontrolable, que como muchos anuncian sucederá más tarde o más temprano, y que si ellos no corren pueden no contarlo.
QUÉ PENA que hasta ahora solo luzca ser carne de obediencia, más de lo mismo.
QUÉ PENA que no disuelva las Cámaras Legislativas y las Altas Cortes para empezar de nuevo con gente honesta y comprometida con su país, y escogidas no por lealtad y lambisconismo al que se fue.
QUÉ PENA que no se atreva a decirle NO de vez en cuando al “Señor Embajador” y a los organismos internacionales en sus propuestas contra el país, y a tantos otros países grandes que se creen dueños, y a todos los de afuera y adentro que así obren.  A bien negociar nuestras minas y oro.
QUÉ PENA que no se atreva a imponer orden, carácter, moral y disciplina ahora que puede, en su luna de miel que se le acaba…  A implantar la férrea y anhelada dictadura de la ley, ciega y sorda.
QUÉ PENA que no arranque de cuajo definitivamente la hierba mala, algo que faltó a la terminación de la dictadura de Trujillo y que aun sufrimos.  Esa falta a llevado a la tumba a muchos miles más de los que se hubieran ido en una limpia total, y que ha causado y perpetuado mucho sufrimiento y atraso.  El deterioro del PRD y el PLD y de la sociedad, tienen mucho origen en esta impunidad eternizada desde entonces.
QUÉ PENA que le siga teniendo miedo a las FF.AA., la Policía y los demás organismos militares del Estado, de prácticas trujillista, honestidad cuestionable y control peligroso en el quehacer nacional.
QUÉ PENA que dejó sus pensamientos revolucionarios que cuando joven dicen que tuvo no maquillados, guardados en algún cajón llenos de polvo y moho, si es que no han sido tirados a la letrina, la basura o quemados, destino que también le espera a él si no despierta.
QUÉ PENA que no se comporte como su admirada la Presidenta de Brasil y mande a los tribunales a los delincuentes de su propio partido, empezando como ya dije por Leonel, familia y demás.  Siguiendo por tantos, incluidos los del Banco Central y los 500 millones que se repartieron, los de la CDEEE que aumentaron la deuda energética a la más grande que ha existido en el país, y de esa empresa en coma profundo se hayan llevado y repartido “lo suyo”, un burujón millones, con desvergüenza increíble, amoralidad y posible ilegalidad. 
QUÉ PENA que sigamos siendo un país victimado e incongruente.
QUÉ PENA que los Dominicanos tengamos que conformarnos con presidentes como aves de paso, o caciques, dictadores, perínclitos, seres que se creen dioses, indispensables, con ambiciones sin límites, que estiman estar sobre toda ley, institución o persona.
QUÉ PENA que nos conformemos con ser unos muertos de hambre, masa dependientes y acarreadas, carentes de Moral y de Cívica, que nos permita saber qué es ser ciudadanos.  No creernos que solo tenemos derechos y no también deberes.
QUÉ PENA que nadie le frote un ajítiti por ahí a ver si despierta para el bien de todos, su gloria y su genealogía.
Un hombre se engrandece cuando se levanta de entre las adversidades, como me acota un amigo, con ingenio, valor, nobleza, sabiduría y conocimientos, se erige en ejemplo y guía, en estadista, y no querer luego mantenerse 31 años como Trujillo o 53 años como Fidel, 24 como Balaguer o 12 como Leonel.  Deshaciendo con los pies su obra.