domingo, diciembre 02, 2012

MATAR A UN CUERVO

 Sin Temor…   Ni Favor…

Matar a un cuervo
 Luis H. Arthur S.
Estamos acostumbrados a que las cosas fermenten, se abomben y hasta se pudran.  Este proceso es variado, en unos casos se crean lombrices que se comen todo lo orgánico, en otros las bacterias responsables convierten el azúcar en alcohol y sucumben en ese medio creado por ellas mismas.  Nada orgánico escapa a este proceso.
Es notorio como a nivel político también sucede algo similar.  La historia es pródiga en ejemplos, pero aquí tenemos muchos que hemos vivido en el pasado.  Desde Trujillo, cuando adquiero conciencia, hasta el día de hoy con Leonel y Danilo, Hipólito y Vargas como ejemplos cimeros.
El pueblo Dominicano, como todos tiene sus características propias, y algunas lucen ser privativas de él.  Se dice que es un pueblo bueno, y en ese apelativo se confunden la bondad y la cobardía.  Se tilda de pueblo violento, cuando solo por excepción un dominicano reta a la autoridad, aun esta sea abusiva y criminal y le haya causado mucho daño.
Hubo de esperarse tres décadas hasta que un grupo de los mismos, con pocas excepciones, se sintieran heridos y molestos y quizás amenazados en lo personal o familiar para que tramaran y ejecutaran el asesinato del “Ilustre Jefe”, ya viejo, enfermo y cansado, con insinuaciones y apoyos probados del gran poder del norte, quienes suplieron entre otras cosas las armas, por su conveniencia geopolítica y el temor al comunismo y a Fidel Castro.
Luego vinieron tiempos de turbulencia donde pocos, si alguno, le pidieron cuenta a las torturadores por sus maltratos o por la muerte y desaparición de tantos jóvenes valiosos: hijos, hermanos, padres esposos…  Tampoco a sus jefes y esbirros, quienes vivieron entre nosotros, muchos ya murieron, y que después de un breve exilio retornaron y vivieron protegidos y tranquilos, y hasta fueron gobernadores de alguna provincia en el gobierno del Balaguer, de post continuidad y preservación del trujillismo, donde él fue personaje señero desde antes hasta después y durante toda la dictadura.   Las matanzas y desapariciones siguieron durante 12 años, se quería limpiar las bacterias que podían fermentar tanta basura putrefacta.
Este es un pueblo tolerante, que le gusta convivir con basura de todo tipo y lo ha probado hasta la saciedad.  En lo material basta con recorrer cualquier barrio, calle o ciudad, en lo político, suficiente con ver el panorama, que es una constante de abulia y servilismo.  No hay justicia efectiva, nunca la ha habido, para delitos políticos y de cuello blanco, y si alguna excepción se pudiera encontrar, seguro que se debe a venganza entre poderosos.
A Balaguer nadie intentó matarlo.  Tampoco a Hipólito con tanto daño que le ha causado a este país y aun hoy le sigue causando con declaraciones imprudentes que le salen del alma y del corazón, como el apoyo para que la ley no se cumpla en sus amigos Euclides y Amable, y una tesis contra constitución y juramento que raya en lo increíble, de que a los pasados presidentes no se les toca, dándoles patente de corso y otorgándosela a sí mismo.
Ante este panorama, Victor Grimaldi de historial complicado, amigo de años, se destapa con una denuncia jalada por los moños de que quieren asesinar a Leonel.  La verdad es que si, que tantos queremos asesinarlo políticamente, cortarle las alas para que nunca más vuelva a hacernos desmanes, troncharle el camino político, llevarlo ante las cortes de sus esbirros, o nueva si no actúan, para que responda como cualquier ciudadano ante la majestad de la justica, restituya y cumpla su penitencia.  Una muerte física como dice Grimaldi sería injusta por caritativa.
Ese amigo, quien hace una semana anunció que se junta con Euclides, de penoso historial, de terrible comportamiento antiguo y reciente, para rendir tributo, para hacerse alfombra y mostrar su servilismo queriendo juntar mansos con cimarrones.  No se suma al pueblo y sus justos reclamos de investigación al desastre pasado, quizás ellos teman no poder tampoco resistirla si llegara a sus predios. 
Si bien es penosa esa situación es aún más lamentable que este gobierno, que fue llevado a su puesto con el dinero público y las marrullas de Leonel, que fue aupado por sus cortesanos corruptos e impuesto por una JCE rendida y una parte vendida del pueblo, se haga ciego a los reclamos de tantos, que desesperados ya se animan a protestar, a pedir el sometimiento de corruptos, a demandar justicia y hacer juicios populares donde aun no hay violencia, que deseamos así siga, se haga cómplice y garante del pasado, sin tratar de reivindicar la suya, conformándose con solo ser como una media presidente “ligth” bien fría, de 45 pesos en cualquier colmadón, que si bien refresca, entona y cae bien, nunca será una Presidente Full como fue ordenada.  Hasta ahora nuestra venganza ha sido bebérnosla y orinarla.
Desde Roma Grimaldi debería saber que las intrigas del imperio se daban entre los mismos, y que si algo le llegara a pasar a quien se burló de todos y nos sumió en el atraso, la pobreza creciente, la corrupción, el analfabetismo y en envilecimiento de intelectuales, periodistas, políticos y de gran parte del pueblo, esta acción necesariamente vendrá de dentro, como con Trujillo y sin que sea comparación de estaturas, con la de el Emperador perpetuo y dictador Julio Cesar, acaecida en el año 44 años antes de Cristo, cuando aun no cumplía sus 56 años (100ac - 44 ac), por su hijastro Bruto (Marcus Iunius Brutus) y Casio (Caius Cassius Longinus). (wikipedia)
Enrique VIII mató a Moro, no al revés, y fue decapitado el 1 Julio de 1535.  Su carta a Pepín Corripio es además una aberración histórica muestra de un desequilibrio preocupante.