Matar a un cuervo
Estamos
acostumbrados a que las cosas fermenten, se abomben y hasta se pudran. Este proceso es variado, en unos casos se
crean lombrices que se comen todo lo orgánico, en otros las bacterias responsables
convierten el azúcar en alcohol y sucumben en ese medio creado por ellas
mismas. Nada orgánico escapa a este
proceso.
Es notorio
como a nivel político también sucede algo similar. La historia es pródiga en ejemplos, pero aquí
tenemos muchos que hemos vivido en el pasado.
Desde Trujillo, cuando adquiero conciencia, hasta el día de hoy con
Leonel y Danilo, Hipólito y Vargas como ejemplos cimeros.
El pueblo Dominicano, como todos tiene sus características
propias, y algunas lucen ser privativas de él.
Se dice que es un pueblo bueno, y en ese apelativo se confunden la
bondad y la cobardía. Se tilda de pueblo
violento, cuando solo por excepción un dominicano reta a la autoridad, aun esta
sea abusiva y criminal y le haya causado mucho daño.
Hubo de esperarse
tres décadas hasta que un grupo de los mismos, con pocas excepciones, se
sintieran heridos y molestos y quizás amenazados en lo personal o familiar para
que tramaran y ejecutaran el asesinato del “Ilustre Jefe”, ya viejo, enfermo y
cansado, con insinuaciones y apoyos probados del gran poder del norte, quienes
suplieron entre otras cosas las armas, por su conveniencia geopolítica y el
temor al comunismo y a Fidel Castro.
Luego
vinieron tiempos de turbulencia donde pocos, si alguno, le pidieron cuenta a las
torturadores por sus maltratos o por la muerte y desaparición de tantos jóvenes
valiosos: hijos, hermanos, padres esposos…
Tampoco a sus jefes y esbirros, quienes vivieron entre nosotros, muchos
ya murieron, y que después de un breve exilio retornaron y vivieron protegidos
y tranquilos, y hasta fueron gobernadores de alguna provincia en el gobierno
del Balaguer, de post continuidad y preservación del trujillismo, donde él fue
personaje señero desde antes hasta después y durante toda la dictadura. Las matanzas y desapariciones siguieron
durante 12 años, se quería limpiar las bacterias que podían fermentar tanta
basura putrefacta.
Este es un
pueblo tolerante, que le gusta convivir con basura de todo tipo y lo ha probado
hasta la saciedad. En lo material basta
con recorrer cualquier barrio, calle o ciudad, en lo político, suficiente con
ver el panorama, que es una constante de abulia y servilismo. No hay justicia efectiva, nunca la ha habido,
para delitos políticos y de cuello blanco, y si alguna excepción se pudiera
encontrar, seguro que se debe a venganza entre poderosos.
A Balaguer
nadie intentó matarlo. Tampoco a Hipólito
con tanto daño que le ha causado a este país y aun hoy le sigue causando con
declaraciones imprudentes que le salen del alma y del corazón, como el apoyo para
que la ley no se cumpla en sus amigos Euclides y Amable, y una tesis contra
constitución y juramento que raya en lo increíble, de que a los pasados presidentes no se les toca,
dándoles patente de corso y otorgándosela a sí mismo.
Ante este
panorama, Victor Grimaldi de historial complicado, amigo de años, se destapa con
una denuncia jalada por los moños de que quieren asesinar a Leonel. La verdad es que si, que tantos queremos
asesinarlo políticamente, cortarle
las alas para que nunca más vuelva a hacernos desmanes, troncharle el camino
político, llevarlo ante las cortes de sus esbirros, o nueva si no actúan, para
que responda como cualquier ciudadano ante la majestad de la justica, restituya
y cumpla su penitencia. Una muerte
física como dice Grimaldi sería injusta por caritativa.
Ese amigo,
quien hace una semana anunció que se junta con Euclides, de penoso historial,
de terrible comportamiento antiguo y reciente, para rendir tributo, para
hacerse alfombra y mostrar su servilismo queriendo juntar mansos con
cimarrones. No se suma al pueblo y sus
justos reclamos de investigación al desastre pasado, quizás ellos teman no
poder tampoco resistirla si llegara a sus predios.
Si bien es
penosa esa situación es aún más lamentable que este gobierno, que fue llevado a
su puesto con el dinero público y las marrullas de Leonel, que fue aupado por
sus cortesanos corruptos e impuesto por una JCE rendida y una parte vendida del
pueblo, se haga ciego a los reclamos de tantos, que desesperados ya se animan a
protestar, a pedir el sometimiento de corruptos, a demandar justicia y hacer
juicios populares donde aun no hay violencia, que deseamos así siga, se haga
cómplice y garante del pasado, sin tratar de reivindicar la suya, conformándose
con solo ser como una media presidente “ligth”
bien fría, de 45 pesos en cualquier colmadón, que si bien refresca, entona
y cae bien, nunca será una Presidente Full como fue ordenada. Hasta ahora nuestra venganza ha sido bebérnosla
y orinarla.
Desde Roma
Grimaldi debería saber que las intrigas del imperio se daban entre los mismos,
y que si algo le llegara a pasar a quien se burló de todos y nos sumió en el
atraso, la pobreza creciente, la corrupción, el analfabetismo y en
envilecimiento de intelectuales, periodistas, políticos y de gran parte del pueblo,
esta acción necesariamente vendrá de dentro, como con Trujillo y sin que sea
comparación de estaturas, con la de el Emperador perpetuo y dictador Julio
Cesar, acaecida en el año 44 años antes de Cristo, cuando aun no cumplía sus 56
años (100ac - 44 ac), por su hijastro Bruto
(Marcus Iunius Brutus) y Casio (Caius Cassius Longinus). (wikipedia)
Enrique VIII mató a Moro, no al revés, y
fue decapitado el 1 Julio de 1535. Su
carta a Pepín Corripio es además una aberración histórica muestra de un
desequilibrio preocupante.
Sto. Domingo, R.D.* luis@arthur.net
* www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *2/XII/2012