sábado, agosto 03, 2013

HASTA CUANDO SEÑOR I



Sin Temor…   Ni Favor…

Hasta cuando Señor I
 Luis H. Arthur S.
El Señor Presidente se queja de que los bajos sueldos no permiten el desarrollo, el progreso del país y fustiga a los empresarios a que aumenten para crear consumidores, lo que él no hace con el Sector Público.  Alega que no hay dinero para eso, por lo que muchos entienden que la corrupción, el barrilitos, las nominillas, los estratosféricos sueldos públicos a nivel ministerial y el abultado cuerpo diplomático, que ni para vender pollos o plásticos a Haití sirve, y muchos más ejemplos, tienen primacía.
Sin embargo el diagnostico es cierto, lo que dice es verdad y en mi boca o la de algunos otros sería solo una queja permanente de quejosos incapaces de hacer cambios drásticos y profundos.  De corregir distorsiones groseras.  Se nota a leguas que él nunca ha tenido que producir y sudar dinero ni siquiera en una PIME.  Que toda su fortuna, que es mucha según su propia declaración de bienes, más suponiendo que como Vincho y todos existe otra no declarada, a la que en el futuro habría que sumar el patrimonio que se dice le están creando a la carrera los mismos de siempre del departamento de maquillajes y disimulado de arrugas y manchas, Esta fortuna luce haber venido de la política, que aquí es el arte de fastidiar a los demás sin futuras consecuencias, sobre todo al de clase media que lucha por sacar la cabeza de este barco que se hunde, o mejor dicho que lo hundimos entre todos, unos por acción otros por inacción.  Ya declararon a Wessin Chavez y su gente libre...
Cuando en mi viaje de regreso la semana pasada de México, mi patria de adopción vía Panamá revisaba la hoja de los vuelos y destinos de Copa que viene en la revista del bolsillo del asiento, y ante mis ojos se desplegaba esa cantidad increíble de destinos, donde Panamá se ha convertido con Copa en el centro de distribución aérea para Latinoamérica, y en ese mismo mapa contemplaba a Cuba, Haití y República Dominicana, este paisaje hermoso, porque no es otra cosa, que para los EE.UU,  Europa y Sudamérica es un punto más cercano y lógico de hacer escala y conectar vuelos y rutas, me preguntaba por qué el destino nos ha dado tantos presidentitos incompetentes, tantos funcionarios ladrones y desfalcadores, tantos vividores que no ven en la planificación, en la preparación, en la disciplina, en el trabajo, la seriedad y la honestidad, el mejor medio para el progreso de todos y de realización de vida digna.    ¿Por qué somos tan buenos para lo malo y tan malos para lo bueno?  Todo afán de mejoría fracasa ante los pedimentos de comisiones tantas veces confiscatorias, las zancadillas, los inconvenientes, la envidia, el pedazo de pastel, la inseguridad jurídica, los justicia ladina, y tantas cosas que ignoro, pero que son el día a día en que naufragan los planes y la república ante estos piratas con patentes oficiales.  Los inversionistas mafiosos y los agentes gubernamentales, eliminan a los serios.
Este país necesita un remeneón, necesita de un hombre bragado, de condiciones normales, un ser como el que buscaba Diógenes de Sinope con su lámpara.  No un hombre chiquito de metas y espíritu pero con grande de ambiciones como los que hemos tenido, donde el de hoy teniendo el poder en sus manos luce prisionero sumiso y obediente, o convencido simulador con carita de Balaguer, y se resiste a entrarle al adecentamiento profundo y reingeniería del país, al trabajo para el que juró o lo juraron, a entender que su lealtad es solo con la patria y que esos que lo controlan, esos a que sin importar gravedad de denuncias ni cuenta les pide, como al supuesto señor que encabeza la Comisión de Ética (o antiética), encuerado feamente por Acento.com, y que ojalá demandara a Acento, para poder exhibir “urbi et orbi” sus supuestas “sabanas sucias y manchadas”, e investigar también a todos los demás, a cambiar jueces vendidos, sin honor pero con fortuna, y haga de este país uno donde el pueblo tenga esos sueldos adecuados que él le niega al Sector Público, sin dar el debido ejemplo.  Encabezando un gobierno que sea árbitro, no esquilmador, que lo quiere todo, que no tiene límites ni contrapeso, en una nación inmersa en la mediocridad, con gobierno extractor, donde la oposición estúpida, culpable y comprada, solo ayuda al hundimiento nacional y los que toman bando en uno u otro lado, en ambos, solo están conspirando contra los mejores intereses suyos y de la patria.