domingo, noviembre 17, 2013

SALUD SIN DAÑO

Sin Temor…   Ni Favor…

Salud sin Daño
 Luis H. Arthur S.
Jubilado hace años de la ingeniería y llenando mi vida inquieta ahora con métodos revolucionarios de salud efectiva y sin medicamentos, muy ligados al electro-magnetismo, a la física cuántica y aprendiendo algo de lo mucho que la medicina alopática ha venido tratando desde hace poco más de 2000 años, una pequeñísima fracción del tiempo que llevamos desarrollándonos como seres humanos, como animales pensantes, curándonos solos, donde he conocido nombres raros de bichos malos llamados microbios o patógenos, generalmente en latín, correspondientes a las 4 familias de bio-delincuentes que fueron descritos por Louis Pasteur hace más de 150 años y siguen siendo los mismos que nos enferman, he creído ver similitud de nuestro cuerpo social con nuestro cuerpo físico.
La medicina, cualquiera que sea, busca en principio la salud del paciente y para ello tiene que encontrar cual es el patógeno o los patógenos responsables por un quiebre de la misma y matarlos.  Casi todas van de los síntomas hacia atrás.  Los Pares Biomagnéticos buscan los patógenos, activos o no, y los mata.  Esto elimina la enfermedad totalmente de origen, aun las que se diagnostican incurables.
La Medicina Alopática usa medicamentos, que generalmente matan parejo a todo lo que se encuentra en su camino y sea vulnerable, buenos o malos, lo que a veces trastorna la salud de otros órganos.  También recurre mucho a la cirugías, donde nos tasajean, nos eliminan las partes malas junto a otras partes buenas que si pudieran hablar preguntarían ¿por qué a mí?
Si “reaccionamos positivamente” nos sanamos, si no, nos morimos y se declara que el paciente no respondió adecuadamente, sin que nadie tenga la culpa, sino la eterna ley del nacer y el morir.
Así pienso que las sociedades son concebidas y organizadas de acuerdo a como nos organizaron a nosotros, pero con mucha incapacidad y muy imperfectas, y en ellas hay partes que se malean, se convierten en microbios, en patógenos, y las enferman y son capaces de consumirlas y llevarlas hasta la muerte, de la que no escaparan eventualmente, como no han escapado tantas otras que nos llegan desde que tenemos historia escrita y podemos investigar y fabular de otros tiempos, por los estudios de las múltiples restos arqueológicos encontrados en excavaciones y que suponemos que interpretamos adecuadamente.
Lo malo es que los patógenos sociales tienen voz y algunos mucho dinero y hasta prestancia social, simulan, se hacen los mártires, pagan voceros defensores y a políticos, se hacen pasar por empresarios, compran o eliminan a quienes se les opongan, y claro no aceptan medicamentos (leyes o instituciones) que los eliminen y tantas veces las tiene infiltradas y controladas, y los elementos buenos tampoco pueden salvarse, pues ellos se encargan de afectarlos, de vivir de ellos, y es notorio que hasta algunos los tengan como héroes.
Por desgracia no hay en la vida social médicos que estén dispuestos seriamente a enfrentarlos con medicamentos efectivos puntuales, y la enfermedad social se vuelve crónica y muy lucrativa.
Mientras esto subsista, no vamos para ningún lado.  Seguiremos viendo a los más terribles patógenos salir en TV, en las primeras planas de los periódicos, en conferencias, en actos sociales y gubernamentales, en puestos de gobierno, planificando elecciones para entronizarse y seguirle robando las energías al cuerpo social, para sumirlo en debilidades mayores cada día, en querer enseñarnos, y lo peor, con la anuencia de las partes buenas de la sociedad.
Creo que ya es tiempo que concentre mis pocas fuerzas al menos en ayudar a mejorar la salud corporal de algunos pocos, sin hacer ningún daño, matando y desactivando los patógenos que nos afectan, sin ningún medicamento, con efectividad, sin métodos invasivos, para beneficio de tantos que se sienten asustados, sin solución a sus problemas, enfermos o sentenciados, tratando de bien cooperar con los que tienen licencia para sanar.
Lo social lo dejo por la paz, pues ya no tengo edad ni fuerzas para desactivar y acabar con los patógenos sociales que es lo que entiendo se impone, como los Rangers una vez arreglaron a Texas, como se arregló Singapur y otros países, copiando de cómo se logra recuperar la salud del cuerpo, ya no puedo ser más que lo que soy, aunque pocos por cariño piensen otra cosa, ¡Que sean felices!