lunes, agosto 07, 2006

LONG BEACH

LONG BEACH

Por: Luis H. Arthur S http://www.luis.arthur.net/ http://www.luisharthur.blogspot.com/ 7 Agosto 2006

La playa de Long Beach, moteando la de California, fue durante muchos años, la playa de los puertoplateños y de los cibaeños, que venían de pasadía y a vacacionar a los “bungalow” que el Sr. Luis Pelegrín, promotor visionario había construido y alquilaba, sobretodo en los meses de Junio, Julio y Agosto. Los domingos durante todo el año había fiesta de pasadía con la Orquesta Maravilla “maravilla de las orquestas”, como la anunciaban, dirigida por Manuel Severino, padre de Jorge, pintor y Manuel, periodista recientemente fenecido. El salón de fiesta de dos pisos, se llenaba. Posteriormente se construyó otro salón adicional con una amplia terraza al aire libre.

Esta “la fiesta del bote” se transmitía por la estación HI9T en onda larga y HI9U en los 49 metros de onda corta, pues Luis Pelegrín también era propietario de la única estación de radio local y una de las pocas nacionales.

Domingos y días festivos una guagua con su caja de madera como hasta hace poco teníamos, daba viajes constantes a la ciudad y por solo 10 centavos por persona te podía llevar y traer los 3 Km. si es que no querías caminar. La playa era hermosa, de un mar tranquilo y una arena dorada que en pendiente suave y continua llegaba hasta la hilera de copiosos uveros y hasta las carretera que ahí formaba un lazo para retornar por la misma entrada, y las instalaciones antes descritas. Muchas familias que no querían o podían bailar y fiestar, se acomodaban en la playa bajo una de estas matas que regalaban una sombra acogedora, con la comida cocinada que traían de sus casas, generalmente un locrio de pollo y espaguetis, refrescos y postre. Todos se divertían sobre todo los muchachos y muchachas, corríamos, nadábamos, nos quemábamos al sol y hasta tomábamos un paseo en una de las muchas yolas de remos por otros 10 centavos. No habían radios portátiles por lo que la bulla era solo la de las personas. Para cambiarse de ropa existía una batería de 24 casetas de madera con ducha para quitarse el agua de sal, clavos para colgar la ropa y candado en la puerta. Se pagaba 10 centavos por persona y la tomábamos por grupo y la manteníamos durante las horas que quisiéramos. La primera mitad de las instalaciones eran para hombres y la segunda para mujeres, aunque a veces esto disposición se cambiaba, pero nunca se intercalaban por aquello de que en las divisiones de madera podían haber rendijas…

La parte oeste de la playa era pedregosa, pues un banco de arena y piedras pequeñas (cascajo) y medianas se introducía en el agua, hacia las piedras o islotes donde actualmente está una estatua de Neptuno. La parte este de la playa era aun más amplia, y ahí desembocaba un caño de algún venero y de las aguas acumuladas por la lluvias. Si uno caminaba en esa dirección llegaba en una sucesión continua de bellas playas hasta Boca Nueva, un asentamiento del ingenio Monte Llano, que aun existe pasando Playa Dorada y el río Muñoz.

Por el 1947 Trujillo dispuso la construcción del aeropuerto paralelo a la entrada a Long Beach cuya pista terminaba en la playa a unos 500 o 600 metros de ésta hacia el este. Tuvieron la peregrina idea de tomar grandes cantidades del cascajo antes mencionado que servia de dique de contención a la corriente marina que va de oeste a este y la playa empezó a desaparecer, en un deterioro continuo e irreversible. Al paso de varios años los uveros quedaron con la raíz afuera y se fueron cayendo, y las marejadas intensas amenazaron el camino y las instalaciones antes descritas y hubo que hacerle un muro de contención, que año tras año debía ser reparado o reemplazado por la ferocidad con que el mar lo envestía. Luego cuando Balaguer construyó el malecón, este muro fue reforzado, mejor construido y desde entonces se mantiene.
Aquella nuestra playa, ya no era visitada porque sus aguas no eran tranquilas y mucha de su arena había desaparecido dejando cascajo residual bajo las aguas. Parecía como si hubiésemos trasplantado un pedazo del mar caribe.

Lo mismo pasó hace más de una década, cuando en Playa Dorada el Hotel Jacktar dinamitó los bancos de corales frente a sus instalaciones, el mar penetró en el Euro Hotel un kilómetro más al este, llegando a inundar el comedor. Hubo que construir un acantilado de cemento y piedra que aun puede observarse, y si lo quitan se va medio hotel.

Son acciones de los humanos pensadas con los pies.

La prensa nos trae la noticia que se está inaugurando nuevamente la playa de Long Beach. Han traído cerca de 500,000 toneladas de arena de un banco frente a Río San Juan que dicen tiene 2 millones.

Tengo la esperanza de que en Long Beach se hayan vuelto a poner el antiguo muro natural de cascajo para evitar que las corrientes se lleven nuevamente las arenas traídas, pues de lo contrario, será sólo un trabajo inútil y de relumbrón y una burla a la esperanza y al recuerdo de un pueblo. También que hayan tenido el debido respeto para que al extraerle a un banco de arena el 25%, no ocasionen que playas arriba de la corriente, pase lo mismo que en Long Beach y Euro Hotel. Me asalta la incertidumbre, pues el Secretario de Turismo, ante la queja y manifestación de los Riosanjuaneros, que ya ha causado varios muertos, no habló de estudios, corrientes marinas e impacto ambiental, avalados con los currículum de gente capacitada. Habló de un simple barco de alquiler que supongo dispuesto a cualquier tipo de negocio. Contestó como político y además amenazó al Síndico con hacerle juicio partidario por marchar e identificarse con su comunidad, protegiendo sus intereses, su belleza y su futuro, ante algo que luce estarse haciendo como todo en este gobierno, porque a “mi me da la gana”. Una vez más nos dan la razón a los que decimos que para estar en un partido, primero hay que quitarse el cerebro, olvidarse de principios, ideas, razones y lealtades, pues la única lealtad permitida es hacia el partido y sus jerarcas de turno, no importa si es bueno o malo. A ese Síndico, electo por su pueblo, le endilgan haber cometido el peor de los delitos el de lesa-partido, mucho peor que el de lesa-patria que a diario ellos comenten.

Fin