Sin Temor… Ni Favor…
Iguales medularmente
Luis H. Arthur S.
Hay veces que me siento desesperanzado con mi país. Se supone que el empresariado es un sector consciente, preparado, capaz, con posibilidades económicas y con créditos, sobretodo el grande; en otras palabras que tiene todas las características para ser un sector institucionalizador y ejemplarizante. Su labor es necesaria y conveniente, no sólo para ellos que se enriquecen por su trabajo y que si lo hacen con medidas es correcto y legal, sino para la sociedad, pues ofrecen productos y empleos, esto es entre ambos, empresarios y empleados, crean riqueza para el país.
Para dicho sector no existe algo más nefasto que un mal gobierno, que no tiene métodos, ni se limita. Un gobierno despilfarrador que tiende a socavar sus bases, y que como veleta mueve constantemente la alfombra bajo sus pies, y a hacer de su obra un ejercicio de equilibrio en la cuerda floja.
Por ello pienso que debería interesarles primordialmente que en Republica Dominicana se implante un clima de derechos y justicia, que permita a todos los sectores coexistir armónicamente y desarrollarse, crear empleos, tener paz social y no sólo seguridad jurídica, sino también seguridad social y justicia.
La realidad es otra. Este sector luce estar tan coludido y temeroso como si aun viviéramos en dictadura. Están prestos a decir “SI” a cualquier propuesta indecorosa y aun parecen sentirse felices con cargar su botecito de vaselina por lo que se presente, cuando se presente y como se presente.
Da vergüenza oír al Director General de Aduanas decir que no hay razón para invocar el incumplimiento de la ley en el caso del avance del Itebis, cuando ambos sectores se han puesto de acuerdo. Al oírlo pensé en tantas inmoralidades que suceden, como cuando alguien mata a otro y le da a la familia uno o varios millones de pesos, para que “se olvide” el asunto. El criminal a la calle, el muerto al hoyo y la familia con un dinero de sangre, pero feliz, como si este pago les hiciera olvidar al difunto. De milagro no le ofertan otros familiares a precio convenido. Ya de hecho ningún delito se persigue de oficio, como si la sociedad no hubiera sido ofendida ni requiriese reparación.
Se alega que si no son los familiares que agarran ese dinero sucio, es la policía, el fiscal o el juez, o todos a una, como fuente ovejuna. Todo es corrupción.
La pregunta sería, ¿quién o quienes son los que dan el ejemplo? ¿No merece acaso doble castigo aquel que delinque conociendo la ley y habiendo jurado cumplirla?
El daño que el gobierno y los empresarios (con sus excepciones, entre ellas Herrera, como siempre), hacen es terrible. El gobierno irresponsablemente malgasta en 5 meses el presupuesto nacional del año para comprar votos y hacer campaña, no practica ninguna austeridad sino todo lo contrario, y como premio, algunos empresarios violan la ley, para ayudarlo en su charlatanería económica sin que de ello devenga una sanción y una experiencia ejemplarizadora, le adelantan el ITEBIS, que ahora formará parte de su escala de costos financieros y se lo cargarán al producto de una u otra forma.
Desgraciadamente las llamadas fuerzas vivas son tan ilegítimas, cobardes, comprometidas y quizás deban tantos “favores” políticos, que no tienen aparentemente moral y menos deseo de intentar llevar a los malos que nos gobiernan a su legalidad.
Prefieren el caos que da beneficios e impunidad, y con ello alimentan la desesperanza.
Mty, Mx..* luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *10/IX/2010
