martes, octubre 24, 2006

EL CARIBE

EL CARIBE

Por: Luis H. Arthur S. http://www.luis.arthur.net/ http://www.luisharthur.blogspot.com/ 18 Oct 2006

El Caribe, mar combativo que rodea las Antillas y deriva su nombre de los indios que habitaban la región. Sinónimo de algo picante y sabroso.

Santo Domingo, isla antillana, tierra del caribe, enclavada en pleno trópico y habitada por gente alegre, bullanguera, con mayor disposición al disfrute que al trabajo. Tierra de música y ron. Cóctel de razas. De altas temperaturas y mucha humedad. De noches frescas, claras y estrelladas que invitan al soslayo y al amor. Lugar donde el único orden posible es el natural de la vida fácil y sin complicaciones. Tierra de luciérnagas, cocuyos y cuentos. Ruiseñores, colibríes, cayenas y trinitarias. Verdor exuberante que llena la pupila. Caña, azúcar y tabaco. Playas hermosas. Chicharrones, tostones, casabe y longaniza. Frijoles con dulce y piñonate. Café, cacao y flamboyanes.

De gente buena que va cambiando. De sonrisa fácil y rápida amistad. Que todo lo sabe y de todo opina.

No en vano soy caribeño.

El Caribe, periódico fundado el 14 Abril 1948. En plena primavera cuando la flora se vestía con sus mejores galas. De logo fluido como nuestra alma, como nuestros ríos, como nuestras vidas. El 3 Enero 1962 adopta su lema: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.

Alguien, en un mal momento los asesinó. Hizo su logo recto, insípido, artrítico. Le quitó su magia, su fluidez y espontaneidad caribeñas, su percepción comunitaria de tantos años. Olvidó su lema. Activos carismáticos.

Tuvo que ser alguien sin sensibilidad tropical. En sus venas no corría sangre Taina, son de merengue, golpeteo de tambora, de acordeón y güira. Sus fibras no vibraban al bello espectáculo de un atardecer o un amanecer orlado de oro sobre un cocotal, un mar azul turquesa o una montaña verde esmeralda. Nunca comió un cundeamor, ni un níspero o chupo una parcha como símil de vida que fluye de la tierra. Desconoce la champola y el jugo de tamarindo. No era capaz de percibir la esencia intrínseca del alma tropical. Posiblemente tecnificado era árido de sensaciones, del simple vibrar de esas pequeñas cosas que han quedado para siempre grabadas en nuestro recuerdo.

¿Cuándo los hijos pródigos volverán al redil vestidos de gala? ¿Cuando restituiremos su logo antiguo y querido? ¿Su viejo lema?
Abogo por ello. Un pasado carismático no debe olvidarse.

Luis@Arthur.net