martes, marzo 02, 2010

TRUJILLO EL ESCONDIDO I

Sin Temor… Ni Favor…

Trujillo el escondido I


Luis H. Arthur S.

Siempre nos estamos quejando de que otros nos imponen su voluntad. Nos auto-tildamos de incapaces. Aun si así fuera, este devenir es totalmente de nuestra responsabilidad, por conformistas, interesados, temerosos del poder y amantes del dinero fácil. Por ser tan abúlicos e indolentes. Por creer que el trabajo es un enemigo y que el bienestar colectivo no es la meta, sino el propio. Hablo de la gran mayoría de nosotros, no de las notables excepciones, que siempre las hay.
Trujillo, al igual que Báez, que aun nos pesa en sus descendientes, Lilís, Balaguer el gran culpable, y los cuchucientos otros gobiernos que desfilaron por la silla de alfileres, que a veces ni alcanzaron a calentarla, son tan criollos como el que más. Todos somos testigos cómo después de Trujillo, al país comenzaron a desmantelarlo, a endeudarlo irresponsablemente hasta la coronilla sobre todo en los gobiernos de Hipólito y Leonel; lo hemos visto llenarse de políticos ricos y desvergonzados, de delincuentes, de droga, y como con Leonel se afianza una corrupción endémica. Martirizado por los que tienen el deber de defenderlo. Ver las calles sucias, la justicia contaminada, y el Presidente mintiendo con talento a este pueblo, a esa masa que nada sabe, menos recuerda y sólo acepta su destino pacífica y humildemente, como los judíos iban a los campos de exterminio nazis.
Todos nuestros prohombres, Duarte, Mella, Sánchez, Bobadilla, Lilís, entre muchos otros, con sus virtudes y sus defectos, también son hechura y responsabilidad nuestra. Preferimos olvidar el pasado y no aprender de él y de las malas experiencias, y como dice aquel refrán, si me engañas una vez, culpable tu, si me engañas dos veces, culpable yo.
Ahora nos rasgamos las vestiduras porque la hija de Trujillo y una nieta, están defendiendo la figura de su padre y abuelo. Ese es su papel, y al hablar del cariño familiar, puede que no mientan, aunque al hacer juicio de valor de su conducta histórica, la distorsionen y la quieran presentar casi angelical.
A Trujillo lo hemos prohibido por ley y por decreto, como si se pudiera borrar parte de nuestra historia, nuestro pasado, de nuestras vivencias, y aunque muchos han escrito en pro y en contra, a lo cual tienen todo el derecho que les da la democracia y para eso se ajustició, la verdadera información de su régimen y sus cómplices y beneficiarios, no ha permeado a la mayoría de los Dominicanos y menos a las capas inferiores, para quienes Trujillo es un desconocido, por lo que no hay por qué extrañar que sin información hoy apoyen a Leonel, con más sofisticadas lacras y menos patriotismo que el que mostró Trujillo, salvo que Leonel para ciertas clases sociales permite la libertad de prensa y respeto político de la vida, lo que niega a las clases inferiores, y los muertos por semana, por meses, por años, forman pilas que hay que comparar algún día con las del sátrapa.
Qué bueno que los que si recuerdan, los que sí han leído y no defienden latrocinios familiares, los que sufrieron y perdieron familiares, nos recuerden la parte predominante muy mala y negativa de Trujillo, pues ante el descalabro y abandono gubernamental de los valores ciudadanos, la escuela, la salud, la disciplina, la justicia, la electricidad, el honor y el desborde de la delincuencia, y todo lo que son las reglas para la convivencia armónica de un pueblo, estas reglas que Trujillo impuso, no las de terror y miedo, hoy huérfanas, desgraciadamente se recuerden como valores positivos, al igual que hacer al país libre de deuda externa.
Sto. Domingo, R.D.* luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *2/III/2010