martes, febrero 23, 2010

HACIA LA OSCURIDAD III

Sin Temor… Ni Favor…

Hacia la oscuridad III


Luis H. Arthur S.

Los apagones se multiplican. Celso nos dice que el barco se retrasó. Claro no fue una tormenta atmosférica que lo detuvo, sino la misma de siempre, el retraso en los pagos, y los petroleros no comen cuento ni palabras bonitas. Si no hay dinero por adelantado no hay petróleo. Tan simple como eso.
Resulta que el mismo señor nos dijo que con la firma del último acuerdo con el “FMIpEED (FMI para la Economía y la Electricidad Dominicana)” se pagarían todos los adeudos viejos y nuevos al sector eléctrico, y se habló de US$500 millones. Ahora nos dice que no tiene dinero para petróleo, que aun se les adeudan aun US$200 millones, mientras los afectados Generadores que le rodean, dicen que son US$500, la mayoría actuales. ¿Quién entiende?
Luego de este inconveniente, en que se acusa también a la sequía de cuaresma, que quizás tenga más, mucho más de 40 mil años repitiéndose, recibimos la grata noticia de que el Sistema Eléctrico ya está normalizado. No se llenen de esperanzas, esto lo que significa es que volvimos a las carencias crecientes diarias, no a que hemos mejorado ni un ápice. Es la semántica de la demagogia en la que ya se está haciendo experto.
Si para alguien mejoró, fue el Palacio Nacional, que ridículamente dicen que ahora pertenece a un “Circuito Privilegiado de 24 horas”. ¿Y cuando no? ¿Es que no tiene nada que hacer ni de qué hablar, para ponerse a decir sandeces y burlarse de nosotros?
La única realidad es que el gobierno no tiene voluntad política, como nunca la ha tenido, para resolver el caso eléctrico, que afecta a todos los dominicanos, y menos ha tenido dinero disponible, pues tendría que sacrificar programas importantes y prioritarias del Estado como el Barrilito de los Legisladores, el dinero de campaña para éstos, para síndicos y regidores, la compra de partidos y chaqueteros, los sueldos de lujo y las prestaciones a políticos, las yipetas, los celulares, las “nominillas”, los gastos en restaurantes, de todos los departamentos del Estado, los viajes superfluos y supernumerarios, y una gran lista de gastos tan importantes como una segunda línea del metro para servir no a todos los dominicanos, sino sólo a algunos capitaleños. Proyecto este que avanza contra viento y marea, no importa el fracaso económico de la línea uno, pues dejó de comisiones no menos de un millón de pesos por vagón, entre otras menudencias, y le adeudan aun hasta a la madre de los tomates por sus trabajos y aportes.
Como diría el poeta: “Caminante, no hay camino… sino estelas en la mar”
Sto. Domingo, R.D.* luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *24/II/2010