martes, febrero 02, 2010

LEVANTAR AL HOY DESVALIDO I

Sin Temor… Ni Favor…

Levantar al hoy desvalido I


Luis H. Arthur S.

El tremendo terremoto del 12 de Enero del 2010 de magnitud ligeramente superior a 7, a la par que destruyó la capital Haitiana Puerto Príncipe, donde vivían hacinados en su periferia casi 3 millones de habitantes, la tercera parte de la población, ha dejado hasta la fecha cerca de 200,000 muertos, miles de heridos y damnificados y una destrucción total de quizás el 80% de las ranchetas y algunas importantes edificaciones mal construidas. A la par que cayeron la gran mayoría de sus edificaciones, algunas tan precarias que no podían hacer mayores daños a sus moradores, también cayeron sus poderes políticos, y es la fecha que la gran ayuda mundial que se ha dado cita solidariamente, no encuentra autoridad competente y entre las grandes potencias se disputan el protagonismo, sin efectividad ni eficiencia en canalizar tanta ayuda llegada. Naciones desarrolladas que siempre han sido buenas en destruir, pero no en crear y ayudar para el progreso.
Luce que el desorden es mucho, pues el hambre y las heridas no esperan la ineficiencia y el burocratismo, y la gente se desespera, y se ven actos de pillaje, desorden, asaltos que lucen ser sólo un preludio de los que vendrán cuando los que con ánimo contrito y deseo de solidaridad y ayuda, que entiendo son la mayoría, se regresen a sus respectivos países, cansados, teniendo que volver a sus vidas y afanes, sin que dejen tras de sí un mínimo de orden.
Algunos, los menos, llegaron ávidos de hacer negocios e ilícitos, como el de los increíbles norteamericanos que según confesión propia, quisieron sacar hacia la zona turística de “CABARETE” a un costoso Hotel de 5 estrellas en el paraíso del Surf y los pederastas, a unos 33 niños sin ningún documento, en una actitud de desprecio hacia Haití y a nosotros, pues estos son paisitos bananeros. ¿Cómo pensarían ingresarlos a EE. UU., o es que de aquí no saldrían?
Está dando la impresión que el pueblo Haitiano no tiene líderes capaces que puedan y quieran lidiar con un país y un pueblo que ha sido devastado sólo en una pequeña porción de su territorio, la más densamente poblada. La pobre nación Haitiana tiene un presidente y unos funcionarios que lucen ser de escritorio, virtuales, con poco vuelo y demasiadas limitaciones y miedo, que se ocupaban de esconder el tremendo cáncer que corroe por dentro esta sociedad, más grande y dañino que este tremendo terremoto.
Sto. Domingo, R.D.. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 2/II/2010