Sin Temor… Ni Favor…
Dictadura con respaldo popular
Luis H. Arthur S.
Una vez creímos que la esclavitud, el dominio de las masas, sólo se lograba con el uso de la fuerza y de la violencia, pues eso era lo que percibíamos.
Hoy, cuando las vivencias se acumulan, cuando la vida se acaba, pienso que la fuerza y la violencia de origen son las formas burdas y estúpidas de someter a los pueblos libres. Son las que utilizan los déspotas anacrónicos, incapaces de usar los medios modernos de propaganda masiva con preferencia.
La forma más efectiva de esclavitud y de sumisión se logra mediante el hábil juego con la esperanza de los hombres, la que nunca muere, y el reparto inseguro de migajas, con el uso indiscriminado de todo recurso disponible, con el dinero del pueblo, que debía servir para el progreso.
Ni siquiera es necesario que los pueblos a someter sean pobres, infelices, no ilustrados, aunque eso ayuda mucho. Basta encontrar, crear o enraizar un buen lema, un anuncio adecuado, y ofrecer mucho y dar poco, como favor personal, simular compartir, no tener escrúpulos y ser un perverso. Carecer de entrañas, y buscar o tener el don de la palabra bonita, disciplinada, engañosa, mentirosa y demagógica. La inmensa capacidad de engañar y la de no importarle que les digan lo que quieran, verdades o mentiras, todo les resbala pues nacieron sin vergüenza, sin moral, sin honor y sin principios, sólo con ambiciones desmedidas. Pero guardan las ofensas enconadas para el momento adecuado.
La semana que viene ya no será igual. Como a Trujillo, Hitler, Mussolini y tantos más, se les otorgará un poder absoluto, con votos comprados con esperanzas, con regalos envenenados e ilegales, usando la democracia como kamikaze.
Lloraremos muchas lágrimas de arrepentimiento y tendremos nuevamente la certeza de incapacidad, y en esa oscura noche de sufrimientos, habrá que esperar un nuevo amanecer radiante, que siempre llega, lleno de belleza, antecedido de un atardecer con cielo teñido de fuego y sangre, donde al cortejo de los verdugos ilustrados le caerá la noche y no tendrán paz. Y todos ellos dirán ante el molino del destino, que también fueron mártires y sometidos.
Sto. Domingo, R.D.* luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *12/V/2010
