miércoles, junio 30, 2010

DOS Y DOS SON CUATRO

Sin Temor… Ni Favor…

Dos y dos son cuatro


Luis H. Arthur S.

Desde hace muchos años el Gobierno de este país se viene conduciendo al borde del abismo de la ingobernabilidad.
Juega con una nueva forma de mantener dominada y contentas con su pobreza a las masas, a expensas de una dadiva que puede llegar, de un cheque quitable, pues es el pago de la lealtad, no del trabajo enriquecedor, que ilegalmente se extrae de las arcas gubernamentales.
El dejar hacer, el no tener sanciones y sí premios, ha ido abonando este modelo antes desconocido, que a éste gobierno le ha venido dado muy buenos resultado. Ha funcionado como un reloj suizo, al segundo y esto lo ha animado a ir cada vez más lejos.
Sin embargo, una cadena de éxitos tangibles puede confundir y llevar a creer que todo se puede, que no existen límites, pues el sistema se basa en una ambición desbocada y no admite paradas y menos dar marcha atrás. Entre otras cosas lastimaría muchos egos y cuentas bancarias.
Los pobres temen y apoyan, los ricos crecen desmedidamente, la clase media, atrapada, sin buenos servicios y seguridad, no quiere caer en la pobreza hacia donde es empujada cada día, y sin embargo protesta poco, quizás pensando que eso podrían evita que dieran el salto hacia arriba que otros han dado con éxito.
Es inevitable que surjan nuevos componentes preocupantes ante tantas carencias y una impunidad enfermiza, ante la falta de progreso parejo, cuando la delincuencia desborda es cada vez más cruel, donde los políticos le sirve de ejemplo. Los supuestos a controlarla, al ver que no hay sanciones y ser compelidos por sus jefes, entran gustosos al banquete del dinero fácil, queriendo ser como sus superiores que multiplican sus sueldos en forma mágica, y se convierten también en delincuentes con uniforme y fe pública. En viles atracadores y asesinos con dolo, nocturnidad e impunidad.
La delincuencia nos tiene asustado, temerosos, no sabemos cuándo nos tocará a nosotros, oímos tristes experiencias, donde no se repara ni en estatus, ni en rango, ni en edad o sexo. Donde ni siquiera se respeta la vida.
Y por desgracia esto no es todo. En esta vorágine de desasosiego el Presidente, que se burla impune y exitosamente de todos, también lo hace con la jerarquía de su partido, sus compañeros y colaboradores, a lo que tanto debe, les cierra el camino a sus aspiraciones legítimas y quiere imponer a su mujer como Presidenta si es que él no puede ir, por no atreverse a violentar o modificar su nueva constitución. Los aspirantes de su partido que son muchos, y con los que hizo acuerdos burladores, sin valor, como con el iluso de Vargas Maldonado, que sueña con la profecía de su padre, morderán y rumiaran la frustración, se les enconará el resentimiento, se sentirán heridos, maltratados y afuereados, al ser suplantados por una candidata cuyo mayor mérito político es compartir el lecho conyugal. Quedarán maltrechos, con el ego y el honor por los suelos, y aun esbozando una sonrisa de supuesta comprensión, serán el mejor caldo de cultivo para el fermento normal, y esperemos que no tardío, de una dinastía que no puede ser nuevamente. Que no nos la merecemos.
Sto. Domingo, R.D.* luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *30 /VI/2010