viernes, julio 30, 2010

CULPABLE YO (y V)

Sin Temor… Ni Favor…

Culpable yo (y V)

Luis H. Arthur S.

En cuanto a la justicia, aun recuerdo cuando en Moral y Cívica, y en la vida cotidiana se hablaba de “LA MAJESTAD DE LA JUSTICIA”, donde todos, muy especialmente los jueces, abogados y significativamente los reos, las custodias y el público, tenían que mantener una actitud de respeto y silencio, casi reverencial, como cuando se entraba a un templo: Al Templo de la Justicia.
Ahora aquello es un relajo, una diversión, una comedia, donde como en mercado, o en velorio, la gente se encuentra, se saluda, sonríe, y ríe a carcajadas, besa, cuenta chistes, grita y despotrica, e insulta a los jueces; y aquel espíritu de recogimiento, de angustia, preocupación e incertidumbre, huérfano de paternidad ha desaparecido, dejando espacio para reos orgullosos, engreídos, pedantes, malcriados, desafiantes y desvergonzados; a megadivas en todo su esplendor. Nada de adustos trajes de rayas o vestidos simples de matronas, como eran los uniformes carcelarios de los reos, sin maquillajes, peinados, ni laca, ni pintalabios ni sombra de ojos, uñas arregladas, perfumes, de manera simple para que hiciera juego con un ámbito de castigo, no de fiesta. No un show, como los de cualquier cabaret.
Da pena a donde hemos llegado y sólo a pocos le llama la atención y le alarma.
No sólo por el inapropiado lenguaje corporal y conductual, sino también por lo que implica y deja en la mente de los que tenemos aun un pequeñito criterio: De que estamos en presencia de un sainete más, hecho para pura diversión, sin capacidad punitiva y correctiva y menos de arrepentimiento, ejemplarizante para todos. Donde muchos de los actores que deben impartir justicia, o sus jefes, son carne de presidio y por tanto no se atreven a imponer disciplina para que no le saquen “lo suyo”. Debería darnos vergüenza… Creo que ya no es “el templo de la justicia” y que penosamente ni a colmadón llega.
Ahora a los reos, como en el caso reciente de la megadiva dedicada al más viejo oficio de la humanidad, hasta la aplauden al salir como si fuese una heroína maltratada.
Si la encuestan quizás tenga más admiradores que la primera dama, la que se definió como una Mulata de espanto. Las televisoras, periódicos, estaciones radiales, etc., le han dedicado más tiempo que al dengue y a los apagones. Toda una aberración.
Hemos perdido casi todos nuestros valores, que permiten una convivencia social armónica. La disolución está cada vez más cerca si no reaccionamos.
Los fiscales se venden, transan comercialmente los casos, no investigan ni a ellos los investigan, y dejan caer lo juicios, en fin, para llegar a donde estamos hubo un principio, nadie le puso caso, así que nada vale que hoy nos alarmemos y nos quejemos. Para corregirlo debemos empezar también de a poquito, pero con voluntad y sin pausas, fuera de una revolución que fusilara unos cientos, esa sería la manera inteligente de lograr orden.
Sto. Domingo, R.D.* luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *30/VII/2010