Sin Temor… Ni Favor…
Presupuesto educación II
Luis H. Arthur S.
Tiene uno que sospechar y más que eso, entender, que el deterioro educacional desde Trujillo para acá, es plan con maña. No es por el azar ni la dejadez que no educan, es porque así conviene al mundo político del populismo. Empezó con Balaguer, que se supone fue educador. Entre el educar a un pueblo para su progreso o controlarlo para poder personal, ha ganado este último.
Más con el ejemplo de Trujillo, quien se puso a dar buena educación y los que así mejoraron su intelecto, abrieron los ojos y se dieron cuenta de la real posición y condición en que se vivía, abrieron los ojos y comenzaron a conspirar. Universitarios capaces de entender lo que pasaba en el mundo, fueron sembrando el descontento, conspirando, marcando el camino que otros siguieron, y muchos lo marcaron aun con sus propios cadáveres como símbolo y ejemplo de sacrificio.
El dominicano, a pesar de la falta de ingesta proteínica en su niñez, no deja de ser capaz, y con escuela, no va a seguir permitiendo ser la montura de estos señores que además de someterlos, se burlan de ellos y los mantienen en el atraso y la pobreza pues gran parte del presupuesto para el progreso se lo roban.
Por tanto no se puede repetir nada de lo poco bueno de ese laboratorio de 31 años, que a muchos le dio las armas para entender y rebelarse.
El gran temor que se tiene, a mi juicio, es el de educar y calificar a las masas para que puedan desarrollarse y ser partes activas del progreso, no a los ricos que nacen circuncidados del concepto de justicia e igualdad, y con una sobredosis de ambición, inseguridad y egoísmo.
Y aunque no era la intención, esta forma de enfrentar la vida ha ido permeando hacia abajo, y hoy nos invade un yoismo galopante, donde sólo buscamos nuestro bienestar personal, sólo yo valgo, sólo yo merezco, sólo yo tengo derechos y muy pocos deberes, sólo yo soy el “vivo”, violo todas las reglas, todas las filas y considero que todos los demás son unos amemados con P. Mal juego que todos jugamos, aunque nos quejemos y veamos sólo la paja en el ojo ajeno.
Bajo este concepto de vida y comportamiento social que nos invade, el de no meternos en nada, desconfiar de todo y de todos, proteger nuestros intereses a toda costa, no arriesgarnos en nada, donde nuestros temores ancestrales nos recuerden viejos miedos, donde deseamos cambios pero queremos que sean otros los que se arriesguen, se sacrifiquen, resuelvan por y para mi beneficio y provecho, donde debo votar por el que va a ganar, no por el mejor. En un actuar donde la vida y ejemplo de Duarte luzca una idiotez. Eso de recomendar a su madre y hermanos que sacrificaran todos sus bienes, incluida su casa familiar, en aras de todos, hoy luce inconcebible, y hasta estúpido, cuando es el mejor ejemplo de lo que debía ser la dominicanidad.
Sto. Domingo, R.D.* luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *5/XI/2010
