viernes, noviembre 17, 2006

ADIVINAR EL FUTURO

ADIVINAR EL FUTUTO

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 16 noviembre 2006

El presente es el lapso infinitesimal que separa el pasado del futuro. En rigor científico, el presente no existe, pues su duración es tan breve que es imposible tenerlo, retenerlo y menos vivirlo.

El pasado se acumula en el recuerdo y ayudados de la memoria, podemos traerlo a nuestra mente, analizarlo, disfrutarlo, aprender de él en un proceso que consume tiempo “futuro”. Desgraciadamente no podemos cambiarlo ni para bien ni para mal. Podemos también analizar y aprender del pasado de aquellos conocidos o no, vivos o muertos.

El futuro es como el camino que nos queda por recorrer en un viaje de primera vez. Se nos revela sólo a nuestro paso.

Nuestro gran deseo sería conocerlo, predecirlo en detalle, pero eso luce imposible. Tenemos que esperar que nuestro tiempo nos lo vaya trayendo.
Aun así, creo que en alguna forma el porvenir puede descubrirse con cierta incertidumbre. Como un panorama posible y borroso que nos trae pistas, indicativos.

Tratamos de dar buena y alta educación a los hijos, porque vislumbramos que de esa manera tendrán un “futuro” más promisorio. Es lo que hemos visto en nuestro pasado y el de otros.

Si alguien se mete en el consumo de drogas, sabemos cual será su triste futuro. Prevemos los avatares que tendrá que enfrentar una madre de 12 años.
No podemos conocerlo con la exactitud ni la resolución de una fotografía nítida, pero que no nos quepa duda, el futuro no es tan incierto como parece, si se conoce el pasado.

Lógico, en lo individual y colectivo estamos sujetos a imprevistos y nuestra visión no es más que un ejercicio estadístico en el campo de las probabilidades de porcientos variables.

Los Estudios de mercado para una nueva empresa, los planes de desarrollo para un país, son formas de condicionar si se quiere, el éxito en el futuro.

Nadie sabía lo que diría Leonel en su discurso del Martes. Pero se tenían ideas y se tejían vertientes, su decir proyectó nuevo futuro ahora predecible.
Nuestra tragedia o nuestra suerte, es que el futuro no está escrito y es modificable, no como el pasado. Cada una de nuestra acciones lo escriben y reescriben diariamente. Cosecharemos en el futuro lo que sembremos. No otra cosa.

Luis@Arthur.net